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A punta de explosiones, el Clan del Golfo quiere demostrarles a las autoridades y a los grupos rivales que tiene el control en el Occidente antioqueño, siendo Frontino uno de sus ejes principales al ser considerado un corredor estratégico para conectar con otras subregiones de Antioquia y departamentos del país.
Por esta razón, haciendo uso de la instalación de explosivos, integrantes de la subestructura Edwin Román Velásquez Valle se han dedicado a atacar bajo esta modalidad a la Fuerza Pública, hechos que ya han costado la vida de nueve uniformados desde mayo del año pasado.
El caso más reciente fue el del pasado martes, en la vía entre los corregimientos de Murrí y Nutibara, de Frontino, donde una detonación acabó con la vida de siete militares (ver recuadro) y dejó heridos a cinco.
A este se le suma otro atentado el 30 de agosto en la vía de acceso a este municipio del Occidente antioqueño, que le costó la vida a dos policías. Los otros ataques se han presentado en la vía entre Santa Fe de Antioquia y Dabeiba, donde entre el 26 de mayo y el 11 de agosto se presentaron cuatro ataques, con un muerto y tres lesionados.
Esto sin contar los 34 ataques a civiles por ataques con explosivos que se han presentado en Antioquia, en su mayoría en el Occidente del departamento, según el informe entregado por el Comité Internacional de la Cruz Roja (Cicr).
Los grupos criminales
Esta parte del departamento es controlada, en su mayoría, por el Clan del Golfo, cuyo cabecilla de esta subestructura es Wilmar Albeiro Mejía Úsuga, alias “Richard” o “Deivy”. También hay un sector en el cual tiene presencia el Eln.
El alcalde de Frontino, Jorge Hugo Elejalde, señaló que el interés de los grupos delincuenciales en esta zona tiene que ver con la ubicación estratégica y por eso históricamente han hecho presencia frentes de las Farc, autodefensas, EPL y ahora ELN y el Clan del Golfo.
Según el mandatario, el municipio tiene rutas de acceso con el Norte antioqueño, el Bajo Cauca, el Nudo del Paramillo, a Mutatá, el Urabá y hasta con el Chocó a través de Murindó y Vigía del Fuerte.
“Es un pueblo que tiene una posición geográfica y estratégica para todos estos temas de maldad, para el corredor para migrantes y para movilización de narcotráfico y la minería ilegal”, dijo Elejalde.
Este interés territorial no había dejado afectaciones desde la muerte de los policías del 30 de agosto. De hecho, según el mandatario, hasta la muerte de los siete militares, solo se había presentado un homicidio este año, en medio de una riña en el parque principal.
Unión con disidentes
Los ataques con explosivos a las unidades policiales es una estrategia que usaron las Farc para sus atentados. Ante esto, disidentes de este grupo guerrillero se estarían integrando a la estructura también conocida como los gaitanistas para cometer estos ataques.
El comandante de la Séptima División del Ejército, general Juvenal Díaz Mateus, señaló que hay un importante reclutamiento de disidentes con experiencia en el manejo de los explosivos artesanales, como los que se están utilizando en los atentados en el Occidente antioqueño. Todo esto con apoyo de civiles.
“No requieren muchos hombres. Necesitan a unas personas de civil que pueden ayudar a preparar el área y a alguien que lo activa, bien sea por telemando o por cable o por otro sistema para afectar a las tropas”, dijo el oficial.
¿Quién es “Richard”?
La persona por la que el gobernador de Antioquia, Aníbal Gaviria Correa, ofreció hasta $150 millones para dar con su paradero luego de este atentado, es alias “Richard”, quien fue parte de las Farc hasta el 2012 y, según las investigaciones de las autoridades, se integró al Clan del Golfo en 2015.
Llegó a ser el máximo cabecilla de la Edwin Román Velásquez Valle en el 2020, luego de que esta organización criminal tomara la determinación de trasladar a otro territorio a alias “R20”, quien era el que la comandaba hasta ese momento.
Mejía Úsuga también estaría detrás del control de las rentas criminales y de los hechos delictivos en los municipios de Buriticá, Giraldo, Cañasgordas, Frontino, Uramita, Abriaquí y Peque, en el Occidente, y en Ituango, en la subregión Norte.
Se estima que tendría el manejo de 400 hombres que se encargarían de generar terror entre estas comunidades, aunque con reacciones violentas como las registradas contra las autoridades que le dan golpes a este grupo criminal, como los que habrían llevado al ataque con explosivos del martes.
“Todo estaba lo más de tranquilo pese a que ellos continúan en el territorio”, dijo el alcalde Elejalde. Pero los últimos golpes, como las capturas de unos miembros de esta estructura en el corregimiento Murrí, la detención del cabecilla financiero de la zona en Mutatá y la confrontación, también en Murrí antes del ataque, llevaron a que se presentara esta explosión como represalia.
Las esperanzas para contrarrestar las ofensivas criminales, según el gobernador de Antioquia, están puestas en la efectividad de las estrategias militares y en el traslado del batallón Pedro Justo Berrío a Frontino, el cual actualmente está ubicado en el barrio Belén, de Medellín.