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La jornada del Día sin Carro tiene muchos beneficios y gran parte de la población disfruta este cambio obligado en la rutina de desplazamiento. Sin embargo, para decenas de miles de personas, industriales, empresarios, comerciantes y vendedores independientes, el Día sin Carro solo significa una cosa: pérdida económica.
Para Bruce Mac Master, presidente de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi), esta medida debe ser rediseñada.
“Son experimentos valiosos, pero que evidentemente agrava la normal movilidad de los ciudadanos; esto tiene un costo importante para el funcionamiento y la economía. Un día en el que no hay carros, afecta a muchos sectores”, expresó el también presidente del Consejo Gremial Nacional.
Para el director de la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco) seccional Antioquia, Sergio Ignacio Soto, el día sin carro atenta contra el principio de la libre movilidad, principio constitucional fundamental y, en el mismo sentido, el derecho al trabajo.
“Esta medida ya está agotada, vencida; esto tiene que ser voluntario, pedagógico, cultural, cívico y de buena costumbre, pero no una imposición. Esta jornada es una mala y reiterada copia de lo pésimo que se hace en la ciudad de Bogotá”, manifestó Soto.
“De ese monto, por lo menos 20.000 millones de pesos son irrecuperables. Los más perjudicados son los restaurantes y locales de comida, que manejan productos perecederos; las estaciones de combustible, los talleres de mecánica automotriz, entre otros. Además , también hay mucho comerciante, en la condición de subempleo, que utiliza su vehículo particular para rebuscarse el sustento básico, como los vendedores del sistema multinivel por catálogo; en fin, es un día de parálisis, un verdadero toque de queda”, ejemplificó Soto.
Por su parte, Doris Jaramillo Martínez, administradora del centro comercial Gran Plaza, ubicado en la calle 45 con carrera 53, pleno centro de Medellín, confirma que la jornada del Día sin Carro es nefasta para los comerciantes del establecimiento comercial.
“Es una medida perjudicial para el sector porque las personas no se desplazan a los centros comerciales a realizar compras, y los que usualmente lo hacen mediante el transporte público o el metro, se abstienen a usar esos servicios un día como hoy, precisamente por la congestión en los mismos. Las ventas se reducen en un 80 por ciento y los comerciantes no pueden cerrar los locales por políticas del centro comercial, entonces es un día que les genera pérdidas”, comentó la administradora del Gran Plaza..
En este sentido, el Día sin Carro seguirá siendo un pulso entre los ambientalistas y los comerciantes.