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Una reducción significativa de la capacidad de endeudamiento y un aumento en el valor de la deuda por cuenta de la devaluación del peso son los dos problemas que afronta la Secretaría de Hacienda de Antioquia.
Luz Elena Gaviria, jefe de la dependencia, explicó que al 31 de diciembre de 2019 el departamento debía $1,1 billones y 147 millones de dólares. Convertido este último saldo a pesos, suma $1,59 billones.
Ese dinero equivale a 39 % del presupuesto de inversión y gastos que Antioquia aprobó para la vigencia 2020.
Por eso Gaviria alertó sobre la necesidad de buscar nuevas fuentes de financiación para cubrir las necesidades regionales: “No hay forma de ocultar que las finanzas del departamento son complicadas porque los ingresos son los mismos hace muchísimos años y no ha habido una diversificación”, dijo.
El diputado Luis Peláez sostuvo que la salida de la empresa Coltabaco del área metropolitana y el cambio de naturaleza jurídica que debe hacerse a la FLA antes de mitad de año pueden afectar el flujo de caja del departamento. “Hay que cuidar esas finanzas porque de ahí dependen proyectos claves como el ferrocarril de Antioquia y el túnel del Toyo”, opinó.
Con los estimados de ingresos y deudas que tiene hoy Antioquia, su capacidad de contraer créditos se reduce.
Gaviria explicó que en 2020 la capacidad de endeudamiento es de $248.000 millones, mientras que para 2021 apenas llega a $139.000 millones. En 2022 baja a $112.000 millones y para el final del cuatrienio, en 2023, solo podría acceder a créditos por $87.000 millones. “Eso es muy poquito”, sentenció.
Los diputados estuvieron de acuerdo en que es necesario buscar nuevos recursos para cumplir con los pagos y costear nuevos proyectos para la región.
El punto que más le preocupa al gobierno es la deuda en dólares que se tiene con los bancos Itaú, Mundial, BID y Agencia Francesa de Desarrollo, AFD.
La más alta es la deuda de Itaú: 77 millones que se desembolsaron en diciembre de 2013, cuando el dólar estuvo, en promedio, a $1.926. En 2019 el dólar estuvo en promedio a $3.277.
El problema, criticó el diputado Andrés Guerra, es que ese crédito se tomó sin una cobertura; es decir, un seguro que proteja la deuda de las fluctuaciones cambiarias.
Gaviria resaltó que a pesar del alza en el dólar, hay reducción en la deuda: en 2016 representaba el 48 % del total de acreencias, mientras que en 2019 apenas fue del 30 % .