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La lista a la que los hornos nunca entraron

Dos símbolos de las ladrilleras, hoy en demolición, no fueron incluidos en el inventario de bienes patrimoniales de Itagüí. Relato de una pérdida.

  • Los hornos no son un bien patrimonial del municipio, por lo que no tienen protección especial. FOTO esteban vanegas
    Los hornos no son un bien patrimonial del municipio, por lo que no tienen protección especial. FOTO esteban vanegas
22 de junio de 2020
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Desde hace una semana Edwin Bermúdez ve llegar, cada día, más obreros y maquinaria. Durante cada jornada observa cómo se van desmontando las estructuras y dice, entonces, que las chimeneas se van borrando poco a poco.

Bermúdez es coordinador de la Veeduría ciudadana al desarrollo territorial, medio ambiente y patrimonio de Itagüí, la cual le hace seguimiento a los dos hornos de tipo hoffman, antigua infraestructura para la producción de ladrillos de la empresa Galpón Medellín.

Como registró este diario en su informe de ayer, los hornos han recibido decenas de cartas de respaldo de instituciones como la Sociedad Antioqueña de Ingenieros y el Museo de Antioquia, así como el apoyo de la Red de Defensores del Patrimonio del Valle de Aburrá, que informó que se unía “al clamor de instancias nacionales y departamentales para que se conserven”.

Según esta Red de Defensores, la discusión frente a los hornos se ha centrado en por qué no aparecen declarados como bienes patrimoniales del municipio (BIC).

Así que la línea de tiempo de esta historia empieza en 2016, cuando la firma Conconcreto adquirió los terrenos antes propiedad de Galpón Medellín y dio a conocer que adelantaría allí un plan parcial en el sitio denominado “PUG Las Chimeneas”.

En una carta enviada al Consejo Departamental de Patrimonio Cultural de Antioquia, la constructora le informó a esta entidad que el proyecto, localizado en la carrera 55 #85A-52, está conformado por tres unidades de vivienda y un proyecto comercial. Se trata de una megaobra: 1.600 inmuebles para 4.900 personas, con un proyecto comercial de 54.000 m2.

En el mismo documento, Conconcreto informó que en este complejo constructivo estaban ubicados los dos hornos y que su estado estaba “seriamente comprometido, lo que podría generar un riesgo de desplome (...), por lo cual solicitamos ante este Consejo un pronunciamiento en el cual se nos oriente frente al procedimiento a seguir ”.

La constructora justificó sus afirmaciones en el “Estudio de vulnerabilidad Chimeneas Itagüí”, realizado por Estructura y Sísmica S.A.S, en el que una de las principales conclusiones es que los elementos estructurales de dichas chimeneas han sufrido pandeo, dislocaciones, grandes fisuraciones, entre otras patologías (...). Estas situaciones muestran la vulnerabilidad estructural en que se encuentran, presentando un gran deterioro físico”.

La Alcaldía de Itagüí, de la Administración del exalcalde León Mario Bedoya (2016-2019), responde a la constructora con el aval para proceder las respectivas licencias ante la Curaduría y, a través de la Dirección Administrativa de Planeación, le informa a la constructora que las chimeneas existentes en el predio no se encuentran en el inventario de bienes patrimoniales.

Sin embargo, tras una visita al lote, el Consejo Departamental de Patrimonio Cultural se comunica con la constructora en 2018 y le informa que, por sus valores históricos y arquitectónicos, se debe emprender la restauración de estos elementos e integrarlos al proyecto. El Concejo agregó, en su momento, que “el estado actual de las edificaciones evidencia el bajo compromiso en la conservación de los bienes culturales, encontrándose en un lamentable abandono”.

La declaratoria de estos hornos como BIC, a pesar del llamado del Consejo y de las veedurías ciudadanas, no prosperó. Así que, considerando que los hornos no estaba incluidos legalmente como bienes patrimoniales locales, la Curaduría Urbana Segunda otorgó a Conconcreto la licencia de demolición el 7 de febrero de 2020.

Empieza la demolición

La primera de las instituciones en alertar sobre la demolición, que inició en la semana del 8 de junio, fue la Fundación Ferrocarril de Antioquia. Juan Luis Isaza, su director, le dijo en ese momento a EL COLOMBIANO que “del proceso de industrialización del Valle de Aburrá quedan muy pocos registros. Vemos con tristeza como estos hornos valiosos están siendo demolidos”.

El 10 de junio, este diario consultó a Juan Carlos Mejía, profesional universitario designado por la Alcaldía de Itagüí para referirse a este tema.

Al respecto, Mejía explicó que no tenían conocimiento de si se estaba adelantando, o no, la demolición. Y añadió que el municipio no tenía injerencia sobre el proceso derrumbamiento, dado que se trata de un predio privado.

Al día siguiente, el alcalde actual, José Fernando Escobar, en rueda de prensa, confirmó la demolición y dijo que en su memoria se instalaría un elemento escultórico.

Con este panorama, una de las primeras hipótesis de la veeduría, según Bermúdez, es que el municipio dilató las gestiones pertinentes para enlistar los hornos como BIC.

Esta veeduría explica que, en 2000, la Alcaldía aprobó su Plan de Ordenamiento Territorial (POT) en el que incluyó un inventario de 63 bienes BIC. Dentro de estos quedó estipulado uno llamado “Conjunto de ladrilleras y tejares del municipio de Itagüí”, pero como la localidad tiene más de 20 ladrilleras, no se dejó claro si los dos hornos hoffman estaban incluidos ahí. Se esperaba que el municipio luego lo puntualizara.

En 2007, con la actualización del POT, la lista de 63 BIC se redujo a 31. Este documento marco es el que aún está vigente y allí el Conjunto de Ladrilleras y Tejares pasó a llamarse “Conjunto de chimeneas”.

EL COLOMBIANO se comunicó con el exalcalde León Mario Bedoya, quien trasladó la solicitud a Carlos Mario Posada, la persona que fungió como subsecretario de Cultura de las últimas dos administraciones. Posada explicó que el Municipio no cuenta con un Plan Especial de Manejo y Protección Patrimonial -PEMP- aprobado.

Posada señaló que este documento debe contar con el concepto favorable del Instituto de Cultura y Patrimonio de Antioquia —ICPA—. “La Administración solicitó desde 2012 el concepto favorable, pero no se ha obtenido. Si los hornos no están incluidos explícitamente en los estudios, es porque en los documentos técnicos no están contemplados”, dijo.

En una solicitud de información enviada a la subsecretaría de Cultura de Itagüí, el 6 de julio de 2017, la veeduría ciudadana liderada por Bermúdez le consulta a esta dependencia sobre la respuesta dada por el ICPA en relación con este Plan Especial de Manejo y Protección Patrimonial -PEMP-. El 24 de julio de 2017, Posada le informa a esta veeduría, a través de un documento, que el 12 de mayo de ese mismo año la Alcaldía recibió la respuesta del ICPA sobre el PEMP, y que allí se requería a la Administración Municipal de Itagüí realizar “ajustes adicionales a fin de obtener un concepto favorable, por tal razón (...) no es posible poner a su disposición el documento del PEMP, toda vez que se están realizando los ajustes solicitados”.

“No hay mucho qué hacer”

Sobre este tema, el ICPA mencionó que el Consejo Departamental hizo una visita de inspección al sitio, el 29 de marzo de 2019, a partir de la cual produjo un informe que se envió al Ministerio de Cultura.

Además, indicó la entidad, el Instituto solicitó la declaratoria de los hornos, lo cual no fue posible por el tiempo que se requería, además que, para entonces, “ya estaba en trámite la licencia de demolición en la Curaduría”.

El 22 de noviembre de 2019, el Ministerio de Cultura visitó el predio. Alberto Escovar Wilson-White, director de Patrimonio y Memoria de esta entidad, le contó a este diario que desde esa fecha ha venido insistiendo en la importancia de conservar los hornos.: “Nuestro primer ejercicio es revisar si existe algún tipo de declaratoria a nivel municipal, departamental o nacional. En este caso no la tiene. Más allá de eso no se puede hacer mucho”.

Entonces, ¿qué sigue? Conconcreto le manifestó a EL COLOMBIANO que la recuperación de los hornos requiere una inversión de $30.000 millones, una suma que “supera con creces tanto la capacidad del proyecto, como del Municipio, quien no cuenta con el presupuesto para el efecto, según lo manifestado por sus representantes”. Concluyó que “no es posible proceder a la solicitud de recuperación y mantenimiento de estos bienes”.

La Red de Patrimonio elevó el caso hasta la Procuraduría General de la Nación, para que, ante la inminente demolición, se inicie las investigaciones para determinar eventuales responsabilidades y negligencias en la protección del patrimonio cultural. La denuncia se radicó el 16 de junio de 2020. Mientras llega una respuesta, si la hay, el derrumbamiento sigue en marcha y los hornos ya no tienen techo. Solo las bóvedas que, cada día, Edwin Bermúdez ve cómo desaparecen desde su casa.

Conozca aquí la historia de los hornos hoffman y el llamado de varias entidades para conservarlos como bienes de interés patrimonial.

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