Los promotores del proyecto inmobiliario Meritage -cuya construcción a cinco minutos del peaje de la variante Las Palmas, en Envigado- quedó paralizada desde el 3 de agosto de 2016, acudieron a un tribunal de arbitramento internacional para que tres árbitros decidan la suerte de esta obra que, en solo ventas, movería del orden de medio billón de pesos.
Según lo estableció EL COLOMBIANO, los desarrolladores estiman sus pretensiones en un valor preliminar de 250 millones de dólares. Para lograr que el Gobierno Nacional les reconozca esa suma, los abogados de los demandantes tendrán que probar su teoría: que Colombia, y en particular la Fiscalía, se equivoca cuando promueve la extinción de dominio al lote sobre el que se venía levantando Meritage.
Los inversionistas presentaron la demanda el 17 de agosto de 2018 y, a partir de ese momento, corren 90 días durante los cuales el gobierno de Iván Duque y los promotores norteamericanos podrían lograr un arreglo directo.
Meritage es un proyecto de 36 locales comerciales, 144 apartasuites y 116 casas y su lote terminó envuelto en un lío mafioso. Quien dice ser su propietario, Iván López Vanegas, denunció que le fue arrebatado por el narcotraficante alias “Perraloca”. El hecho, sin embargo, no apareció en los certificados de tradición del inmueble ni en los análisis que hizo la Fiscalía por petición de los promotores de la obra, a fin de detectar su relación con investigaciones penales o trámites de extinción de dominio.
Derecho internacional
A compradores reunidos ayer en el auditorio del Museo de Arte Moderno de Medellín, dos asesores legales estadounidenses les explicaron que de no conseguirse esa conciliación entonces entraría en acción el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI).
Este es un organismo del Banco Mundial, que busca arreglar las disputas relativas a inversiones internacionales. Según recordaron, Colombia y Estados Unidos lo acogieron para tal propósito en mayo de 2012, cuando suscribieron un acuerdo de promoción comercial. En gruesas líneas, el CIADI tiene la ventaja de que trata a los inversores con los más altos estándares del derecho internacional, amén de consagrar que no se harán expropiaciones sin el debido proceso y sin pagar las compensaciones que sean debidas.
De acuerdo con las normas propias de este tipo de justicia, cada una de las partes en conflicto debe escoger un árbitro y estos dos son los encargados de seleccionar al tercero, que oficia como presidente.
Timothy J. Feighery, socio de la firma Arent Fox, de Washington, precisó ayer que la disputa arbitral solo la puede entablar un inversionista de Colombia o de Estados Unidos contra el gobierno del otro Estado. El mecanismo de resolución de conflictos es costoso y, según sus datos, el laudo puede tardar entre 3 y 5 años.
Durante la charla, representantes de los inversionistas extranjeros les manifestaron a los compradores de buena fe en Meritage, que el gobierno colombiano abusó de la figura de la extinción de dominio y que eso también ha perjudicado a los inversionistas. Por ello, consideraron que a través de un proceso arbitral internacional se podría lograr una solución rápida y eficaz.
El argumento que se intentará probar en ese tribunal, es que se ha violado la ley de extinción de dominio; que la Fiscalía cometió una infracción al afectar los intereses de los compradores de buena fe; que a estos inversores se les habría violado su derecho a un debido proceso; y que las acciones del ente acusador extendieron sus nocivos efectos a otros proyectos que la constructora norteamericana tiene en Colombia.
De buen recibo
Que los promotores de Meritage hayan acudido al respaldo legal de dos abogados norteamericanos con “pergaminos”, cayó bien entre los compradores del proyecto.
Bajo reserva de su nombre, uno de ellos manifestó que “este es un pool de abogados que no son ningunos pintados en la pared. El hecho de que sean expertos en el tema de la extinción de dominio nos genera una buena impresión y también nos inspira confianza. Es un proceso lento, pero seguro”.
Previa solicitud de mantener su identidad en el anonimato, una mujer le dijo a EL COLOMBIANO que la reunión le dejó un buen sabor. Ella, según contó, se ilusionó en 2013 con el proyecto, al ver la hermosa maqueta que se exhibía en el centro comercial El Tesoro.
A finales de 2013 adquirió un apartasuite, de 138 metros cuadrados. Por la cabeza llegó a rondarle la idea de vender su consultorio, a fin de pagar casi de contado el inmueble y, de esa manera, acceder a un descuento. Por fortuna no lo hizo. De los 638 millones de pesos que vale su apartasuite, alcanzó a entregar el 60%, o sea casi 383 millones de pesos. “Conocí a muchas personas que para comprar en Meritage vendieron su apartamento y se fueron a pagar arriendo”, manifestó esta inversionista, la misma a la que, según el cronograma de obra, le entregarían su inmueble en marzo de 2017.
Por su parte, el vocero de los promotores de Meritage les aseguró a los compradores que “ni los hemos dejado ni los vamos a dejar solos”.