Desempleo en Colombia: ¿hay razones para tanto optimismo?

La navidad de 2011 fue bastante alegre para el gobierno nacional: el niño Dios le trajo de regalo un cuarto trimestre con un desempleo inferior al 10%. Al fin, después de 20 años, la tasa de desocupación es de un dígito. Sin embargo, este dato, que evidentemente es positivo, debe ser analizado con lupa. Lejos estamos de un desempleo aceptable, que refleje un mejoramiento sostenible de la calidad de vida de los colombianos.

Para comenzar digamos que, según datos de la CEPAL, entre 1990 y 2010, en Suramérica sólo Colombia tuvo permanentemente tasas de desempleo de dos dígitos. De hecho, cuatro de nuestros vecinos, a pesar de las diferentes crisis, siempre estuvieron con un desempleo de un solo dígito. Los únicos países que mostraron tasas de dos dígitos en algunos años fueron: Argentina (con la crisis de la paridad y el corralito) y Venezuela, a partir del caracazo y durante la última década del siglo XX.

De hecho, un dato significativo es que durante estos 20 años Colombia ha tenido, año tras año, la primera o segunda mayor tasa de desempleo del subcontinente. Por lo tanto, si bien hay naciones que no muestran el atractivo para la inversión extranjera que exhibe hoy nuestro país o que tienen una elevada inflación, la verdad es que es crítico ver que la relativa bonanza de la economía colombiana no se refleja en una mejor distribución de la renta, vía empleos. De hecho, en 2007, año en el cual el PIB colombiano creció casi 8%, nuestro país tenía la más alta tasa de desempleo de Suramérica.

Subempleo e informalidad: la máscara de la pobreza en un país que crece.

Pero, no sólo el desempleo abierto muestra la magnitud del problema. Aunque nuestra economía ha sido de las más estables de Latinoamérica por décadas, y crece satisfactoriamente en los últimos años, esto no se traduce ni en más empleos, ni en reducción del subempleo, ni en más estabilidad para los trabajadores vinculados.

Según el DANE, para junio de 2011 el  país se acercaba a los 2.5 millones de desempleados, pero el número de subempleados se multiplicaba casi por 4 (9.3 millones).

Históricamente, en el último lustro, el desempleo y el subempleo han sido relativamente inelásticos. Esto significa que a pesar del auge económico de 2006 y 2007 o la recesión de 2008-2009, la tasa de ocupación ha variado poco y el subempleo se ha mantenido en proporciones más o menos estables. Así, en 2002, año de la mayor tasa de desocupación en varias décadas, la suma de desempleo y subempleo se acercaba al 60%.  De igual manera en 2007, el año de mayor crecimiento en la década, desempleo más subempleo superaban el 50%.

Pero, el deterioro del mercado laboral tiene una tercera dimensión: la inestabilidad del trabajo. Según el DANE,  en 1990, en el sector industrial los empleos permanentes representaban más del 90% de los ocupados, mientras los temporales sólo llegaban al 7%. Para 2003, la ocupación temporal en el sector supera el 25%. A partir de 1994, según Ramírez y Guevara, los temporales siguen creciendo, además de un aumento de la subcontratación y la vinculación por prestación de servicios, en lugar de contratos laborales. Evidentemente el empleo también se ha malogrado por su creciente inestabilidad.

Causas y consecuencias de este problema:

1.    Algo crítico está pasando. Las exportaciones crecen a pasos agigantados, los inversionistas extranjeros  nos eligen como uno de sus destinos preferidos en la región, y el PIB tiene un relativo buen comportamiento a lo largo de la década…pero muchos colombianos no encuentran un empleo estable, digno y bien remunerado: son desempleados, son subempleados, tienen trabajo temporal o se vinculan por prestación de servicios.

Autores como Enzo Faletto, hace 20 años, ya explicaban las “bondades” de una economía informal para un mercado poco justo en la distribución de la riqueza: la existencia de vendedores ambulantes, viviendas subnormales y otros servicios personales prestados en condiciones irregulares, permiten que los trabajadores puedan subsistir con salarios bajos. En otras palabras, aunque la informalidad en la economía es una competencia “desleal” para los empresarios que pagan impuestos y cumplen las normas técnicas exigidas, aquella permite que trabajadores de la economía formal puedan subsistir con salarios bajos, al acceder a bienes y servicios de la economía informal.

2.    El otro elemento crítico de este débil mercado laboral es la sostenibilidad del régimen de seguridad social. Si pocos colombianos tienen empleo formal, bien remunerado y a término indefinido, entonces, muchos compatriotas deben recurrir al régimen subsidiado, ya que no cotizan al régimen de salud o lo hacen con bajas cuotas. En consecuencia, el Estado, a través del SISBEN, debe asegurar la cobertura del grueso de la población colombiana, incrementando el déficit fiscal.

Moraleja
Estamos haciendo lo incorrecto. En lugar de asegurar empleos estables, permitimos un mercado laboral lleno de informalidades –hasta el Estado ha incrementado la contratación de proveedores de servicios en lugar de su vinculación laboral-. Por lo tanto, en vez de tener un régimen de seguridad social auto-sostenible, financiado con los aportes de los trabajadores y los empleadores, mantenemos un sistema clientelar, ya que los desprotegidos deben acudir al “Gran Hermano” para que supla sus necesidades insatisfechas: salud para los pobres, asistencia a los ancianos no jubilados y alimento para los niños desprotegidos.

El aguinaldo del niño Dios para el gobierno colombiano no se comparte con la mayoría de la población. La economía crece, la inversión extranjera llega, las exportaciones se multiplican, pero el mercado laboral colombiano no refleja estos avances…lo que no sólo afecta a los desempleados y subempleados sino que debilita el proceso de desarrollo que se pretende construir. Es imposible salir del subdesarrollo con una economía altamente informal y un mercado doméstico débil.

5 comments

  1. Olga Bedoya   •  

    Profesor: esto nos lleva a pensar qué responsabilidad tenemos cada vez que hacemos parte de procesos sociales, cada vez que “participamos” en algo, cada vez que apoyamos una propuesta. ¿Será que somos conscientes de las implicaciones de nuestros actos y de los de quienes toman decisiones en las empresas, en los organismos del estado, en las ONG’s, etc.?

    • Giovanny Cardona Montoya Giovanny Cardona Montoya   •     Autor

      Olga: gracias por tu intervención en nuestro blog.

      La calidad de la información no tiene que ver sólo con la persona que la emite, sino con quien la recibe. Comprender las implicaciones que tienen los diferentes procesos económicos, es una tarea fundamental para hacer intervenciones pertinentes. En el caso que nos interesa, considero que hay una brecha significativa entre el modelo denominado de VENTAJAS COMPETITIVAS y lo que está sucediendo en nuestro país. Igualmente puedo aseverar que lo mismo está sucediendo entre las diferentes teorías del desarrollo y nuestro crecimiento económico.

      Y eso que no hablamos de temas medioambientales que tienen tanta importancia en el desarrollo sostenible. Sólo estamos planteando que hemos escogido un camino para el crecimiento, que no está mejorando la distribución de la riqueza vía empleos estables y bien remunerados, lo que no sólo habla de inequidad sino que hace inviable su sostenibilidad en el largo plazo, ya que no se está invirtiendo en las capacidades del recurso humano para que puedan, en el futuro, genera más riqueza.

      saludos

  2. Jorge Gallego   •  

    Las entidades del estado deben dar ejemplo.

  3. GONZALO ZAPATA   •  

    Muy buen artículo.

    Me gustaría que tocase el factor demográfico.

    Desde mi humilde punto de vista la perdida de algunos valores considerados como “anticuados” está creando hogares disfuncionales. No veo una política de fondo de estado encaminada a controlar el crecimiento poblacional y, más que eso a, una planificación de vida.

    Supongo que en último grado de bachiller aun se dicta “planificación familia”, y en sexto grado vocacional. Materias sobre sexualidad, creo que los jóvenes saben más sobre el tema que sobre la MITOSIS.

    Existe hoy alguna materia que se llame “planificación personal”?
    Por lo menos debería existir algo donde le inculquen al joven como programarse
    Terminar al rededor de los 18 su bachiller
    Tener un par de años de experiencia laboral
    (Y/O) Realizar estudios superiores o técnicos de acuerdo a su capacidad
    Desarrollarse profesionalmente y laboralmente en 5 años tiempo en el cual puede aprender también a ser empresario

    Y AHÍ SI PIENSE EN FORMAR UNA FAMILIA.

    Muchos dan por sentado que esto lo aprenden de la familia, el ejemplo… Por eso estamos como estamos. Para nadie es extraño ver como un gran porcentaje de jóvenes truncan su vida por responsabilidades adquiridas a destiempo.

    Esto de alguna manera debe mejorar el subempleo y el desempleo (En 20 años, lo siento). Hace 24 años cuanto tomaba el bus para ir al colegio en jornada de la tarde veía como se subían y se subían adolescentes en embarazo, yo temía por lo peor a los 15 o 20 años. La idea controlar la Explosión Demográfica me ronda desde entonces y cada vez estoy más convencido que el 50% de esto tiene que ver con nuestra pobreza.

    • Giovanny Cardona Montoya Giovanny Cardona Montoya   •     Autor

      Gracias por tus aportes tan interesantes. La perspectiva demográfica siempre tiene un peso significativo en los temas del mercado laboral.

      Sólo quisiera añadir que, aunque la tasa de crecimiento demográfico crece en el mundo, y Colombia no es la excepción, la segmentación de este objeto de estudio muestra un mayor crecimiento demográfico en poblaciones con menos nivel de formación y más bajos niveles de ingresos.

      Por lo tanto, es, en promedio, el segmento de la población con mayores limitaciones, el que tiene el más alto nivel de crecimiento demográfico. Hay una relación notoria entre pobreza, bajos niveles de educación y crecimiento demográfico.

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