Edgardo Sánchez Arcos, alias El ingeniero, fue considerado en su momento como un narcotraficante invisible. En 2004, un juzgado penal especializado de Cali lo condenó por los delitos de concierto para delinquir y tráfico de estupefacientes. En su momento fue sentenciado por estar a la cabeza de una red criminal que enviaba cocaína a varios destinos internacionales, camuflada en figuras artesanales que salían del país a través de correos comerciales.
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Las autoridades lideraron una investigación que permitió identificar 27 bienes, entre viviendas, vehículos de gama alta, sociedades y establecimientos de comercio, que estarían a nombre del condenado narcotraficante Edgardo Sánchez Arcos, alias El Ingeniero; y algunos integrantes de su círculo familiar.
Los elementos de prueba indican que las propiedades habrían sido adquiridas con dineros producto del envío de toneladas de clorhidrato de cocaína a Estados Unidos y países de Europa.