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¿Cómo hacen Petro y Fico para llenar tantas plazas?

Viajan en vuelos chárter, tienen multimillonarios préstamos y la bendición de caciques políticos regionales. ¿Quién les da la plata y cambio de qué?

  • Gustavo Petro (izq.) y Federico Gutiérrez (der.) han optado por visitar plazas en distintas ciudades del país como fórmula para hacer política. FOTO Cortesía
    Gustavo Petro (izq.) y Federico Gutiérrez (der.) han optado por visitar plazas en distintas ciudades del país como fórmula para hacer política. FOTO Cortesía
15 de mayo de 2022
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Gustavo Petro prometió restablecer relaciones con Venezuela ante 15 mil personas presentes en la ciudadela Juan Atalaya de Cúcuta, Norte de Santander, el pasado jueves 5 de mayo.

Vestido con la camiseta del Cúcuta Deportivo –lo mismo que hizo su rival Federico Gutiérrez 9 días después– y portando un chaleco antibalas, el candidato del Pacto Histórico reapareció frente a una multitud del municipio fronterizo.

Había cesado sus actividades por cuenta del supuesto plan para asesinarlo en el Eje Cafetero. Y volvió a la campaña rodeado de escudos que, como si fueran su misma sombra, lo abrazaron en todo momento, alzados por sus escoltas de la Unidad Nacional de Protección.

Aunque habló como siempre, como si estuviese solo con la masa, a sus espaldas y a pocos centímetros de él estaban al menos cinco hombres vestidos de blanco, observantes. En frente suyo y a metros de distancia, un público compuesto por bases liberales, la Alianza Verde, Mais y la Colombia Humana, entre otras que lo acompañaron desde las seis de la tarde hasta entrada la noche.

Y para eso, desde días antes, el cristiano Alfredo Saade, así como Gerardino Mandón y Erick Pacheco –políticos no exentos de polémica en esa región–, ayudaron a coordinar la logística y movieron a gran parte de la gente para que asistiera a la convocatoria.

Pero el dinero provino del empresario Eddy Marroquín, dedicado a la venta de zapatos y quien aglutinó a un grupo de comerciantes para financiar la tarima y el montaje general, que costó cerca de 40 millones de pesos.

Todo esto, sin contar que Petro tiene en su campaña a José Fernando Bautista, exalcalde de Cúcuta y exministro en el Gobierno Santos, que se sabe mover bien entre las hebras políticas de Norte de Santander.

A las 5 de la tarde del día siguiente, Petro llegó al parque Alfonso López de Valledupar, capital de Cesar. Allí dijo –ante 12 mil personas– que acabaría con la inequidad. Vestido con camisa blanca y una cinta de los colores de la bandera de Colombia atravesando su torso, sostuvo un discurso de una hora acompañado, entre otros, por Verónica Alcocer, su esposa.

Los mismos hombres vestidos de blanco lo cubrían con los escudos negros, mientras aprovechaba la coyuntura de la extradición de alias Otoniel para hablar del capo del Clan del Golfo ante un público compuesto por habitantes de barrios periféricos.

“Se volteó la arepa, las mayorías del Cesar han votado por nosotros”, expresó el candidato al cierre de su intervención, pese a que no logró ninguna curul en la Cámara de Representantes en esa zona.

Para que esta escena ocurriera, tuvieron que organizarse docenas de personas de los movimientos y partidos políticos que promocionaron y llenaron el evento. Estos comenzaron a moverse desde una semana antes, cuando les avisaron de la visita del candidato al municipio.

De los rubros grandes, el empresario Carlos Pino, dedicado al mercado de la madera, se encargó de costear parte del sonido con otros que apoyan a Petro, el gasto fue de $12 millones. Por su parte, el dueño de la Clínica Erasmo, Álvaro Portilla, prestó la ambulancia de emergencia.

Pino, como otros de los financiadores del evento, lleva tiempo siguiendo al petrismo y apoyando sus causas. Hasta financió una pequeña porción de la campaña pasada de Gustavo Bolívar, senador reelecto.

Por su lado, los militantes de la Colombia Humana decoraron, los del Polo Democrático compraron el agua, los de la Unión Patriótica hicieron las banderas y el Partido Revolucionario de Trabajadores se encargó de la publicidad y el volanteo.

Todo costó, según René Hernández –quien pertenece a la campaña– cerca de 23 millones de pesos. Es un costo relativamente bajo para un evento de este tamaño, pero se explica, dijo, porque no hubo que pagar tarima, pues esta es permanente y solo se requiere pedir el permiso para utilizarla.

Pasaron menos de 24 horas para que Petro volara a Ciénaga, Magdalena, a llenar otra plaza pública. En ese departamento fue más sencillo, contando con el apoyo de Patricia Caicedo, hermana del gobernador Carlos Caicedo, y coordinadora del Frente Amplio, su movimiento en la región.

La historia se repite en otras zonas del país, en donde el costo y la agenda varía, pero el común denominador es una plaza colmada de gente. Para esta suele arribar en un vuelo charter, que puede costar entre 15 y 30 millones de pesos, según el destino que visite.

Su campaña no tiene un monto fijo para la totalidad de los viajes. Solo para la campaña de las consultas destinó 1.600 millones de pesos en transporte y correo. En esta ocasión, el gasto podría ser mayor por la magnitud y cantidad de recorridos, pues hasta el momento se cuentan al menos 13 eventos de este tipo en todo el país.

Sin embargo, solo ha reportado ante la plataforma Cuentas Claras del Consejo Nacional Electoral (CNE) 89 millones de pesos en actos públicos y 120 millones de pesos en transporte y correo. Una pequeña porción de los $4.700 millones que la cooperativa Confiar le ha prestado.

La campaña pagará el servicio de transporte aéreo con la reposición de votos a una empresa privada bajo el formato de contrato de crédito de financiación. Y este también contempla un helicóptero ambulancia.

Pero el aspirante del Pacto Histórico no es el único que viaja en vuelos privados. Federico Gutiérrez, de Creemos Colombia, destinó 1.500 millones de pesos para transporte aéreo y hasta su fórmula, Rodrigo Lara Sánchez, también tiene trayectos exclusivos.

El “de la gente” llanera

Uno de los destinos de esos aeroplanos fue Villavicencio. Allí, a Gutiérrez lo recibieron con banderas blancas y de Colombia, un sombrero llanero color crema con la palabra “Fico” bordada en hilo y una comitiva que no cabía en la zona de llegadas del aeropuerto de la capital del Meta.

Desde la plaza libertadores prometió hacer de Colombia una despensa agrícola y crear 300 empresas para esa región.

Con 10 mil personas en frente y un equipo de una cincuentena de colaboradores a sus espaldas, en medio del discurso se quitó el sombrero y comenzó a dar sus promesas de paz y seguridad: cumplir el Acuerdo con las Farc, pero tener mano dura con los disidentes; combatir al Clan del Golfo y garantizar la tranquilidad en esa zona de la Orinoquía tan golpeada por la guerra.

Ese lleno total del ingeniero civil de 47 años, quien se uniformó con tenis, jeans y camiseta blanca para la correría por los 32 departamentos, no sucedió de forma espontánea. Para lograrlo, articuló a políticos locales del Partido Liberal, La U y el Centro Democrático, quienes llevaron seguidores hasta los buses “de la gente”.

Julio Aponte, el mismo que lideró la campaña de Iván Duque en Meta hace cuatro años, es el encargado de coordinar al equipo en la Orinoquía. Él no es el único político de las filas de los grupos de gobierno que está moviendo sus fichas por el exalcalde de Medellín.

Luis Carlos Torres, esposo de la senadora del Partido de la U Maritza Martínez, está activo tejiendo los hilos políticos del segundo de las encuestas. Martínez dice que no pone fondos para las tarimas y que no ha podido estar en estas por las labores del Congreso, que sesiona en medio de la contienda electoral.

Los congresistas de esos mismos partidos han facilitado la financiación de los eventos. Otro cacique de la zona, el representante Jaime Rodríguez, dijo que su gente solo va al evento cuando les avisan que habrá una convocatoria.

Federico Gutiérrez ha hecho 14 tarimas desde que ganó la consulta de Equipo por Colombia, del 13 de marzo. Para esos actos públicos tiene destinado un presupuesto de 1.850 millones de pesos, una buena tajada del préstamo de 5.000 millones que le otorgó Bancolombia.

Los eventos, como ese que se celebró el 5 de mayo bajo los casi 30 grados de temperatura del ombligo de Colombia, no se llenan solo con el carisma del candidato, sino con las bases políticas de los dirigentes locales.

Ese ramillete lo completa un rostro con el que coincidió en su periodo en la administración municipal de Medellín, el exalcalde de Villavicencio Wilmar Barbosa, quien pertenece a Cambio Radical y se encontró con Gutiérrez en reuniones de Asocapitales entre 2016 y 2019. Allí también está –aunque con menor protagonismo– Carmelo Pérez, el esposo de la exgobernadora del Meta Marcela Amaya, ambos cercanos a La U.

La locomotora de la maquinaria llanera no es la única que se encendió para que Federico Gutiérrez llene plazas para plantarle cara a Petro.

El establecimiento valluno también se articuló alrededor suyo. “Fico” aterrizó en el Valle el 9 de mayo, durante un lunes cercano al cierre de campaña, con el país aún en medio del paro armado del Clan del Golfo y justo cuando la senadora electa del Pacto Histórico Isabel Zuleta amenazó con presentar pruebas que “quemarían” su aspiración. A pesar de ese contexto, hizo su primera parada en Buenaventura, donde el proveedor de la tarima se las dejó a precio de costo en señal de apoyo.

Los desplazamientos entre esa ciudad portuaria, Tuluá y Palmira, para terminar luego en un debate en Cali, se hicieron en un helicóptero que contrató la campaña nacional.

Gutiérrez y sus colaboradores cercanos se mueven en vuelos chárter, aunque al comienzo de la contienda hacían algunos trayectos en itinerarios comerciales, un componente para el que destinaron 1.500 millones de pesos del presupuesto total.

En otros términos, entre las tarimas y los viajes, el candidato se gastará 3.350 millones de pesos, el componente más robusto de la cartera que le maneja el gerente Mateo Restrepo. Él, quien fue presidente de Continental Gold, alcanzó donaciones de terceros por 1.028 millones de pesos entre los que hay aportes desde 500 mil pesos hasta uno de 49 millones de pesos que hizo Carolina Gómez Giraldo, una comunicadora social de Medellín.

El lleno total de Gutiérrez en el Valle del Cauca apunta a un solo nombre: Dilian Francisca Toro, directora de la U, madrina política de Equipo por Colombia y quien le tendió puentes con César Gaviria, del Partido Liberal, y Germán Vargas, de Cambio Radical.

Ella designó para hacer la campaña a los senadores electos Norma Hurtado y Juan Carlos Garcés, también al representante electo Víctor Manuel Salcedo, y a un personaje que articula todos los movimientos: el gestor Julio Spataro.

El catálogo de aliados de Creemos Colombia se completa con los representantes liberales Álvaro Henry Monedero y Jorge Alberto Gómez Gallego; los congresistas Felipe González, José Luis Pérez, Carlos Abraham Jiménez, Carlos Fernando Motoa y Oswaldo Argos, de Cambio Radical; y Gabriel Velasco, John Harold Suárez, Cristian Garcés y Milton Hugo Ángulo, del Centro Democrático.

Por Palmira, “Fico” caminó con su camisa blanca, de cuello, botones y manga larga doblada hasta los codos, y allí recitó que Colombia debe convertirse en proveedor de insumos agrícolas y fertilizantes: “Las regiones son importantes. Yo vengo de una, de Antioquia, y voy a estar en la región gobernando”.

Y es en las regiones donde Petro y “Fico” se disputan la recta final de la contienda, que pinta para que disputen la segunda vuelta el 19 junio.

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