Posando como entrenador personal, haciendo gala de sus músculos y sonrisa coqueta, un venezolano de 30 años se dedicó a seducir mujeres para extorsionarlas después, a cambio de no revelar información íntima.
De acuerdo con el mayor José Espitia Poveda, comandante del Gaula de Policía Meta, el caso ocurrió en la ciudad de Villavicencio, donde el sospechoso recorría los gimnasios a la caza de jóvenes de 15 a 20 años de edad.
Luego de enamorarlas, el “Gigoló”, como lo conocían en ciertos círculos sociales, las convencía de que le enviaran fotos y videos desnudas. Con este material, el extranjero iniciaba los chantajes, pidiéndoles dinero para no subir el material a redes sociales o mostrárselo a sus familiares.
Los grupos Gaula de la Policía y el Ejército comenzaron la investigación gracias a la denuncia de la madre de una adolescente de 15 años, a quien el extorsionista le pedía $500.000 para no publicar las imágenes.