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Érika Aponte fue asesinada por su expareja sentimental el pasado domingo, Día de Madres, en un centro comercial de Bogotá. Fruto de la relación de once años quedó un niño huérfano que ahora estará bajo custodia de la familia paterna.
“El defensor del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, usando sus facultades y funciones, ha determinado dejar la custodia del menor, de 8 años, en cabeza de sus abuelos paternos porque es con quienes ya residía y es con quienes ya tiene un vínculo afectivo y estable”, indicó la alcaldesa de Bogotá, Claudia López.
Christian Camilo Rincón Díaz, expareja de Érika y padre del menor, llegó armado hasta el local donde trabajaba su expareja. Después de una discusión, el hombre atentó contra la mujer de 26 años y luego se propinó un disparo suicida en la cabeza.
La víctima había acudido a la casa de justicia de Usme en busca de protección. Allí se determinó que Rincón Díaz debía cesar los actos de violencia e intimidación contra Érika y su hijo, además, se le prohibió el acercamiento a la vivienda y lugar de trabajo de la mujer.
Entérese: Érika Aponte, la mujer asesinada en Bogotá, tenía medidas de protección tras denunciar a su agresor
La Policía de Soacha se puso en contacto con la mujer el pasado sábado 13 de mayo para hacer efectivas las medidas de protección. La protección no se materializó. El feminicida actuó un día después.
“Amor mío”, “Mi bebé” y “Mi muñeco hermoso”, eran las palabras que usaba Érika en redes sociales para referirse a su hijo de 8 años. Ahora el menor estará con los padres de Christian Camilo Rincón Díaz.
“La familia de Érika Aponte ha estado de acuerdo con esa decisión. El niño queda con esa custodia y nosotros seguimos activos y pendientes por todos los servicios para ofrecerle a esta familia”, puntualizó la alcaldesa López.