El debate sobre la nicotina en el país, componente activo del tabaco, ha cobrado cada día más relevancia en la escena de nuevas formas de consumo.
Lo más usual es conocerla en cigarrillos tradicionales, en los que se fuma con la combustión del tabaco. Pero al mercado llegaron hace unos años dispositivos electrónicos para su consumo, compuestos por una batería, una resistencia y un tanque para la sustancia, la cual se vaporiza.
Muchos consumidores de estos llamados vapeadores quieren que se regularice su uso, y así se disminuya el riesgo y daño que causa la nicotina. Sin embargo, las políticas del Ministerio de Salud van enfocadas a evitar el consumo.
Este tema es internacional, y se ha tocado en la Organización Mundial de la Salud (OMS), en la que se discute el Convenio Marco para el Control del Tabaco (CMCT).
Colombia, a través de sus ministerios de Salud y de Relaciones Exteriores, lidera la mesa intersectorial del convenio. Y aunque el Gobierno dijo no tener fecha para el encuentro de 2021, este sería en noviembre.
Pero antes de eso, Colombia debe recoger la opinión de varios sectores y llevarla a la discusión. Uno de ellos es el de los consumidores, avalados en la Política de Participación Social en Salud del país.
“Queremos tener un diálogo abierto y sincero, que convoque a la sociedad civil”, le dijo a este diario Julián Quintero, sociólogo y director de la Corporación Acción Técnica Social, que trabaja por generar nuevos enfoques de reducción del daño de sustancias psicoactivas.
Sin embargo, con la idea de participar del encuentro internacional de este año, Quintero radicó hace dos meses una solicitud al Ministerio de Salud con el fin de aportar “consideraciones y evidencias científicas para la reunión del Consejo Ejecutivo de la OMS”. A la fecha, esta cartera no ha respondido.