Las tensiones entre el Gobierno y las Farc continúan tras el fin de la tregua guerrillera, al confirmarse que en entre los 40 insurgentes muertos en tres recientes operaciones militares cayó por primera vez un miembro de la delegación negociadora de la guerrilla en el proceso de paz.
La muerte de Pedro Nel Daza Martínez, alias “Jairo Martínez”, antiguo jefe militar del Bloque Sur (comandante del frente 14 con presencia en Caquetá y Guaviare) no compromete la continuidad de las negociaciones de paz, por ahora, pero confirma que estas prosiguen en medio del conflicto y con riesgo de un escalamiento de la violencia.
El deceso del llamado también “comandante Jairo” durante el bombardeo de la Fuerza Aérea a un campamento de las Farc en Guapi (27 guerrilleros muertos) resintió a los jefes negociadores en Cuba.
Alias “Pastor Alape” cuestionó que “es imperativo conjurar el fuego de la guerra que amenaza con reactivarse en el territorio nacional, cuando hasta hace poco avanzaba a paso seguro el desescalamiento del conflicto. Las conversaciones de paz no progresarán con baños de sangre, presidente Santos”.
Agregó que Martínez “se encontraba en ese campamento haciendo labores de pedagogía de paz”, luego de regresar a Colombia desde La Habana a finales del año pasado, donde llegó a integrar la delegación negociadora de las Farc en representación del Bloque Sur.
También lamentó la muerte en otro ataque militar de alias “Román Ruíz”, jefe del frente 18 y del Bloque Noroccidental de las Farc.
Pero las tareas “pedagógicas” de “Jairo Martínez” fueron desmentidas por el viceministro de Defensa, Jorge Enrique Bedoya, quien respondió que a su regreso a Colombia “no tenia salvoconducto para acciones propias del proceso de paz” y las órdenes de captura en su contra se reactivaron.
Por su parte, el director del Instituto de Medicina Legal Carlos Valdés, negó la versión de las Farc que los subversivos fueron rematados por las tropas tras el bombardeo en Guapi (Cauca).
“En ninguno de los casos (los cadáveres) presentaban residuos de disparo, es decir, la ausencia de residuos de disparo indica que todas las lesiones fueron a larga distancia por efecto de artefacto explosivo y proyectiles”.