La atribución de responsabilidad por los atentados de Villavicencio y de la Macarena, en Bogotá, que dejó a cerca de 30 personas heridas y un policía muerto, vuelve a poner sobre la mesa el debate del cese bilateral del fuego con la guerrilla del Eln.
Al conocerse el comunicado de este grupo subversivo, que confirma las sospechas que tenían las autoridades, el jefe negociador del Gobierno en los diálogos en Quito, Ecuador, Juan Camilo Restrepo, reiteró que mediante estos actos no será posible llegar a un cese.
“Si el Eln cree que con actos terroristas como el de la Macarena -cuya autoría ahora reconoce con cinismo-, va a presionar un cese el fuego, está muy equivocado. El cese el fuego se alcanzará cuando comprenda que a él se llega desescalando, no escalando el conflicto”, dijo Restrepo.
El ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, también se pronunció en el mismo sentido y escribió en su cuenta de la red social Twitter: “Se equivoca en forma grave el Eln. Con atentados contra ciudadanos y fuerza pública no se llegará a cese el fuego. Se pone en riesgo la mesa”.
Y ante ese riesgo surgen propuestas para que se suspenda la negociación, como lo hace el expresidente y senador Álvaro Uribe Vélez.
“Mantener diálogo con el Eln sin suspender sus acciones criminales es burla a la ciudadanía víctima y al deber constitucional de seguridad”, manifestó.
Como se ve, la posición del Gobierno sigue firme frente a no dar paso al cese el fuego mediante dichas presiones, y de hecho es una situación similar a la que se dio con la mesa de diálogo con las Farc, la primera estrategia de presión a la que acudieron fue demostrar que podían hacer acciones de ese tipo.
Sin embargo, tiempo después, las Farc fueron las primeras en decir que empezaban a hacer un cese unilateral y el Gobierno respondió con la necesidad de desescalonar el conflicto.
Por ahora, lo que dice Ariel Ávila, de la Fundación Paz y Reconciliación, es que el Eln no está cometiendo alguna falta –en sentido estricto-, en contra de la agenda acordada y será la submesa de asuntos humanitarios la que entrará a discutir al respecto.
“En sentido estricto aquí no se está violando en ninguna parte la agenda preacordada que se está negociando en Quito. El Gobierno, por obvias razones, decidió que negociaba en medio del conflicto (...) La mesa de asuntos humanitarios está discutiendo las condiciones para humanizar el conflicto o para lo que el Gobierno llama desescalonar”, dice.
Para él, “lo que vamos a ver seguramente, si esto avanza a buen ritmo, son algunas acciones hasta que en un año o un año y medio se concrete un cese bilateral, pero hay que esperar qué resultados da la mesa”.
Pero advierte que hay un mensaje claro para el Eln y es que debe tener en cuenta el contexto en el que se está desarrollando la negociación, dado a que como dice el ministro Cristo, puede poner en riesgo la mesa.
“Si bien eso es cierto que la opinión pública se había acostumbrado a la paz, a la reducción de las acciones de las Farc de dos años, y ahora al acuerdo de paz, sí está haciendo mucho daño a un gobierno que está terminando a un Gobierno desgastado. Y ahí el mensaje es decirle al Eln: no estire tanto la pita que va y se le estalla”, afirma.