En medio de los argumentos del Gobierno y Fiscalía para defender el uso del glifosato en aspersiones aéreas, se volvió a tocar el drama que se vive por la violencia contra los líderes sociales, la cual para las autoridades y el ente investigador, está directamente relacionada a los cultivos de uso ilícito.
Para el ministro de Defensa, Guillermo Botero, la alta concentración de cultivos de uso ilícito se relaciona con el incremento de los niveles de violencia y criminalidad. Según las cifras expuestas por el jefe de esta cartera, en Nariño, Cauca, Putumayo, Caquetá, Antioquia y Norte de Santander, departamentos donde está la mayor concentración de la hoja de coca, se presentan el 35% de casos de homicidios del país (ver mapa).
“Existe una correlación directa entre los departamentos que concentran la mayor extensión de cultivos ilícitos y aquellos donde han ocurrido la mayoría de homicidios de líderes sociales. Entre 2016 y 2018, el 48% de los asesinatos de líderes (206 de 431 registrados por la Defensoría) se presentaron en zonas con mayor concentración”, dijo Botero.
Es por esta razón que el Gobierno afirma que asumió el narcotráfico como un problema de seguridad nacional y, como lo asegura Mindefensa, “se están adoptando acciones para afectar toda la cadena criminal“.
En una línea similar se encuentra el fiscal general Néstor Humberto Martínez, quien agregó que en los 161 municipios donde tenía presencia las Farc, del año 2016 al 2018 “los homicidios están creciendo a una tasa del 30% por las graves afectaciones que se generan sobre la población civil por tratar de copar esos territorios de los cultivos ilegales”.
Añadió que se ha identificado la autoría en más del 56% de estos crímenes desde la Fiscalía y, “hay que decir con claridad, que el 25% (107 muertes) de los casos esclarecidos se encuentran asociados a problemas de narcotráfico”.