Un testigo clave de la corrupción del régimen de Nicolás Maduro con la empresa estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa) asegura tener pruebas que mostrarían el entramado de corrupción que se tejió en esa compañía con la mano del colombiano Álex Saab y su testaferro Álvaro Pulido, ambos presos en una cárcel de Estados Unidos.
Se trata del exjefe de seguridad de Pdvsa, Rafael Reiter Muñoz, quien afirma tener información que pondría contra las cuerdas a Saab, Pulido y a buena parte de la cúpula del régimen que gobierna en el país vecino.
Pero las revelaciones de Reiter no son gratuitas. La defensa del exfuncionario, quien actualmente está preso en España, envió a la justicia estadounidense un documento de dos páginas en el que ofrece su colaboración a cambio de la inmunidad total.
Sí, esa condición se lee en la carta con fecha del 26 de abril de este año que fue publicada por la revista Semana. En esa misiva los abogados de Reiter entregaron las condiciones bajo las que su protegido podría ponerse a cantar las verdades del régimen ante las autoridades gringas.
Eso sí: desde una cárcel en España y con la promesa de que también se le dará protección a su familia que, asegura, está en riesgo por el régimen tiene a sus seres queridos en la mira.
El nombre de Reiter retumba en los pasillos del poder de ese país al punto que el fiscal, Tarek William Saab, de corte oficialista, sostuvo que si el exfuncionario de la petrolera toca suelo venezolano será procesado por el supuesto delito de traición a la patria.
Cómplice a la sombra
Reiter tenía una hoja de vida de pocas apariencias. Había sido portero de una discoteca en Caracas y contó con la suerte de que su mamá, Marla Muñoz Olivo, conocía a Maduro.
Esa conexión le permitió entrar a la petrolera en el cargo de gerente de prevención y control de pérdidas, por donde pasaba toda la minucia administrativa para revisar si el crudo estaba siendo –o no– bien aprovechado. Las investigaciones posteriores sobre el desfalco a la compañía mostraron la grave desviación de recursos de la firma.
Su cercanía con Maduro, quien después terminó convirtiéndose en el alfil del fallecido expresidente Hugo Chávez, permitió que luego se convirtiera en jefe de seguridad de Pdvsa, el máximo cargo desde el que siguió tapando los desfalcos de petróleo y hasta enriqueciéndose con dinero que ocultó a través de diez compañías fachada creadas en paraísos fiscales.
Él tiene todo un prontuario criminal digno de un preso de cuello blanco, pero la información que está en su poder podría desenredar tanto la minucia del entramado de corrupción de Venezuela que sobre la mesa está la posibilidad de que se le otorgue esa inmunidad total que él pidió a cambio de que termine de enlodar los nombres de Saab, Pulido y, por qué no, del mismo Maduro y sus ministros.
Si Estados Unidos acepta colaborar con Reiter, el ventilador del exfuncionario promete tumbar varias fichas del Palacio de Miraflores.