¿Sirve o no la medida de restringir la circulación del parrillero hombre en las ciudades? Las respuestas resultan divididas, pues aunque las autoridades destacan los beneficios en seguridad, los motociclistas y analistas la rechazan, al destacar que no es la solución determinante para los problemas de fondo.
Por ejemplo, para el secretario de seguridad de Bogotá, Daniel Mejía, donde se aplica desde hace tres meses, los resultados son positivos, toda vez que reportan una reducción del 27,5 % en los hurtos y un 30,6 % en robo a celulares.
Sin embargo, otra visión tiene Gustavo Londoño, líder de motociclistas de la capital, al cuestionar que es una afrenta contra ellos. “No creo en los resultados que muestra la Alcaldía porque son inflados. Lo que hacen es estigmatizarnos a quienes dependemos de este medio”, cuestiona Londoño.
El alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, ha dicho que “tengo claro que es un vehículo de transporte popular, pero el crecimiento a tasas exponenciales de los delitos la hace indispensable”.
En Bogotá se aplicó desde el 2 de febrero con el objetivo de bajar los indicadores de inseguridad y homicidios, pues solo en 2017, según la Policía, hubo 62.169 denuncias por hurto y el 8,5 % fue en moto.
“Tras los resultados obtenidos, el Distrito prorrogó por otros tres meses la medida, con las mismas características, es decir, por zonas y para hombres de más de 14 años”, explicó Mejía.
Ante esto, el director de Bogotá Cómo Vamos, Ómar Oróstegui, resaltó que el Gobierno debería retomar la estrategia del chaleco reflectivo con los números de las placas para la identificación, pero también ir más allá, y concentrarse en requisas, retenes y verificar que tanto conductores de motos como de carros sean vigilados por la Policía.
Cali, Barranquilla y Cúcuta son otras ciudades que acudieron a la medida para frenar delitos.
En otras ciudades
Por las vías del país circulan 7 millones 740 mil 938 motos, equivalente al 57 % de los matriculados en el Registro Único Nacional de Tránsito (Runt).
En Cali se acostumbraron, pero la siguen rechazando. Se aplica desde 1994 y fue revalidada por el alcalde Maurice Armitage. Según Paola Sánchez, vocera de la Asociación de Clubes Moteros de Cali, los efectos negativos para esta población son claros, pues está vigente todos los días y a toda hora. “Nos vemos afectados porque, en mi caso, no puedo transportar a mi hermano”.
Al respecto, la Secretaria de Seguridad, María Román, sostuvo que funciona, efectivamente, para la prevención de delitos. “Tenemos que implementar todas las estrategias que nos permitan garantizar la seguridad de los ciudadanos”, dijo la funcionaria, respaldada por cifras del programa Cali Cómo Vamos, que en 2017 indicó que 38 % de los consultados dijo sentirse seguro en la ciudad, pero el 62 % desconfía al salir a las calles.
En Barranquilla también se aplica, pero solo en el norte de la ciudad y busca fundamentalmente evitar robos, homicidios y controlar el mototaxismo. Lo mismo sucede en Cúcuta. Freddy Rincón, presidente del Club Fénix, recalcó que es una “medida absurda”, porque no piensan en la comunidad, sino que se dedican a “tratarnos de bandidos”.
Aunque se han intentado realizar acercamientos entre la Secretaría de Tránsito y los grupos de moteros, las reuniones no han llegado a buen puerto. “Su imposición ha dado buenos resultados para la ciudad en materia de reducción de delitos y para controlar la proliferación del parque automotor”, dijo José Duarte, secretario de Tránsito de Cúcuta. La inseguridad es de los temas que más preocupan allí, pues solo el 36 % de los habitantes se siente seguro, según el informe de la red de ciudades Cómo Vamos.
Seguridad vial
Alejandro Maya, director de la Agencia Nacional de Seguridad Vial, explicó que aunque es una decisión que genera debate la respaldan, teniendo en cuenta que aunque el principal motivo para adoptarla es la seguridad, también se beneficiará la movilidad. “Lo que han hecho los alcaldes es encontrar salidas a situaciones coyunturales de inseguridad, pero también acompañamos la decisión y le haremos seguimiento”, dijo.
Otra visión tiene el politólogo Carlos Barrios Polo, del Laboratorio de Convivencia y Seguridad de la U. Nacional, quien aseguró que este asunto tiene que ver con la libertad , y “con esta medida se está vulnerando”. El analista agregó que la estrategia resulta insuficiente, ineficiente e ineficaz, pues se están tratando problemas estructurales, con estrategias coyunturales.
En general, los consultados coinciden en que es una estrategia para frenar la inseguridad, esta debe enfrentarse con políticas integrales, sin afectar a un solo sector, como sucede con los motociclistas.