Uno de los principales argumentos de la población más joven para no adquirir servicios complementarios, es decir pólizas de salud o planes de medicina prepagada es: “¿Para qué hacerlo si no me enfermo?
“La juventud debe ser consciente de que si quiere tener una vejez digna y sana tiene que cuidarse desde ahora; ellos son quienes administran su salud. Por lo tanto, como aseguradores debemos garantizarles acceso a las herramientas necesarias para hacer llevadero ese autocuidado, además de premiarlos cuando se cuidan. Esta es una inversión en ellos, es algo muy poderoso si así lo entienden”, explica Camilo Ernesto Diusaba Perdomo, gerente nacional de mercadeo del grupo Coomeva.
Por su parte, Juan Carlos Peláez Herrera, director de Inteligencia Competitiva en Salud de Sura, habla de la importancia de enseñar a la población más joven a asegurarse para la salud y no para la enfermedad como ocurría hasta hace unos años. Agrega que el gran reto es enamorarlos tanto de los servicios de medicina prepagada como de las pólizas de salud por su bienestar actual y futuro.
No esperar a enfermarse
“Este grupo, entre los 18 y 40 años, ha sido ajeno al aseguramiento porque no lo ve tangible, ni identifica una necesidad real para acceder a esta modalidad, dado que, por sus edades, no son muy enfermos, entonces dicen: ¿para qué voy a pagar si lo que me ofrece el PBS es suficiente? Debemos meternos en su cotidianidad, en el día a día de las personas sanas y volcar el concepto de que este aseguramiento no es para la enfermedad sino para mantener la salud”.
En el análisis sobre la conveniencia el servicio, hay quienes piensan que las pólizas de salud o la medicina prepagada son excluyentes en cuestiones de edad y patologías previas. En este caso ¿por qué cuando hay una enfermedad de base o una edad avanzada, en algunos casos, no se da la afiliación? La respuesta es sencilla: las aseguradoras se mueven en territorio de riesgo y probabilidad, no en hechos ciertos. “Uno adquiere un seguro, cualquiera que sea, por si se presenta algo. Por ejemplo, compramos el seguro del carro por si se choca. En el caso de la salud es por si se enferma, cuando llega una persona que se le ha materializado ese riesgo no se le podría vender un seguro porque el asunto ya está dado. La diferencia con el PBS es que tenemos el derecho a que nos cubran independiente de la patología”, explica Peláez.
Planear la inversión
Para acceder a ellos, sin mayores traumatismos al bolsillo, la contadora con formación en finanzas, Luz Marina Vélez, indica que lo primero es identificar ingresos y gastos, y para ello es preciso hacer una lista de todas las entradas de dinero, desde la nómina hasta otros adicionales.
Siga esta pauta con todos los gastos actuales, desde la vivienda hasta los pequeños desembolsos diarios. No olvide los adicionales como vacaciones o cumpleaños.
Es importante realizar ajustes cuando sea necesario, anota Luz Marina. Así, la recomendación es que los gastos no superen el 90 % de los ingresos para generar ahorro e identificar de cuánto se dispone para pagar adicionales.
Por supuesto, al hacer el análisis de las ofertas es clave seleccionar la opción más adecuada, que se ajuste a su presupuesto; consulte la oferta de planes y valores para cada uno y apunte en su calendario fechas de vencimientos de los pagos, así evitará sorpresas o penalizaciones por olvidos o retrasos.