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Una calle de honor, carroza fúnebre y una lluvia de aplausos fueron el último adiós para Carlos Fabián Nieto y William Gutiérrez, los dos médicos que, hasta el momento, han fallecido por cuenta del coronavirus en el país. El carro que llevaba el cuerpo sin vida de Nieto tenía un listón morado con las palabras “aquí va un héroe”.
Gutiérrez, de 59 años, era anestesiólogo e intensivista, e hizo parte de la Fuerza Aérea, era viudo y deja cinco hijos. Entretanto, Nieto, de 33 años, se desempeñaba como médico de urgencias y deja a Paola, su esposa, y dos pequeños hijos.
Ellos fueron despedidos con honores, “son unos mártires”, dice la Federación Médica Colombiana, dejando de manifiesto que los profesionales de la salud del país hoy están desprotegidos y no cuentan con elementos de bioseguridad para mantenerse en pie en la primera línea, en medio de esta lucha. Su voz coincide con la de más profesionales de la salud en redes sociales y con la de gremios como las asociaciones de clínicas y hospitales.
Johnattan García Ruiz, abogado y magíster en Salud Pública de Harvard y profesor de Derecho y Salud global de la Universidad de Los Andes, al referirse al papel que cumple el personal de salud en una sociedad, cita el artículo “Covid-19: proteger a los trabajadores de la salud”, publicado por la revista científica The Lancet la semana pasada, en el que reflexionan sobre su rol. “Los trabajadores de la salud, a diferencia de ventiladores o salas, no pueden fabricarse con urgencia ni funcionar al 100 % durante largos períodos”, se lee en el artículo.
Para García Ruiz, esa frase resume la vitalidad social que tienen los médicos en nuestra sociedad y plantea la necesidad de protegerlos, no como máquinas ni héroes, sino como seres humanos. “No son héroes, son personas como cualquiera de nosotros, que tienen las mismas necesidades y los mismos derechos. Pero históricamente los hemos tratado peor y ahora eso nos deja más vulnerables como comunidad”, agrega.
Por eso, aunque la pandemia puso al mundo de frente ante el valor de los médicos y los profesionales de la salud, su importancia no debería perderse cuando se supere esta contingencia. La presidenta de la Asociación Colombiana de Empresas Sociales del Estado y Hospitales Públicos (Acesi), Olga Lucía Zuluaga, quien plantea un panorama crítico por la falta de insumos de protección, señala que “el mejor homenaje que se puede realizar al talento humano del sector de la salud es otorgar contratos dignos con pagos puntuales y garantizar todos los equipos de bioseguridad necesarios para ejercer su labor, sin exponerse al contagio”, como está pasando hoy en cada una de las cerca de 1.600 clínicas y hospitales, tanto públicos como privados, del país.
El reclamo por insumos de protección ha sido respaldado, incluso por la Procuraduría General, que les solicitó a las Administradoras de Riesgos Laborales (ARL) agilizar la entrega de Elementos de Protección Personal (EEP). Además, el Ministerio de Salud incluyó la covid-19 como una enfermedad de riesgo profesional para el sector salud, con el objetivo de darles garantías en su protección.
Pero más allá de este panorama, Julián Fernández Niño, profesor del departamento de Salud Pública de la Universidad del Norte, hace hincapié en que esos seres humanos que se la están jugando de frente al coronavirus también están enfrentando cargas emocionales y profesionales, que deben ser atendidas por sus empleadores y entendidos por la comunidad.
El experto recuerda que sobre los hombros de los profesionales de la salud recaerá la presión desde distintos frentes y recalca que, más allá de los aplausos que se dan todos los días a las 8:00 de la noche, que simbólicamente pueden tener un valor emocional, lo que los profesionales necesitan es que se garanticen las medidas de protección y bioseguridad, “pero entendiendo que el único riesgo no es el biológico, sino su salud mental, el estigma social que están sufriendo y no sobrecargarlos”.
Los consultados coinciden en que la pandemia pone en evidencia realidades que venían desde antes, como las condiciones laborales, pero recomiendan que esta sea la oportunidad para que, desde el Gobierno Nacional y los distintos sectores sociales, se impulsen esfuerzos que permitan dignificar su labor.
EL COLOMBIANO, desde hoy y hasta el próximo viernes, publicará perfiles de profesionales de la salud distintos, con el objetivo de rendirles un homenaje, pero también para mostrar que hoy esos seres humanos se están jugando la vida por nosotros y están dejando a un lado sus familias y amigos, cumpliendo con la misión que aceptaron cuando encontraron su vocación en el servicio médico.
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Si se cuentan los “héroes con bata”, como los suelen describir en redes sociales, médicos, enfermeras y trabajadores de la salud que han muerto combatiendo la covid-19 en el mundo, la lista supera los 100 nombres, casi la mitad de Italia. Por lo menos, ese es el registro que lleva el portal médico Medscape en su registro In Memoriam. En Colombia hasta ahora van dos casos. Podrían ser más mañana si no cuidamos hoy a quienes cuidan de nuestra salud.