<img height="1" width="1" style="display:none" src="https://www.facebook.com/tr?id=378526515676058&amp;ev=PageView&amp;noscript=1">
x
language COL arrow_drop_down

Los covers: hacer de otra canción algo propio

Los covers hacen parte de cultura popular y aún siguen siendo una apuesta, ¿por qué?

  • La más reciente producción de Miley Cyrus, Plastic Hearts, incluyó covers de Blondie, Stevie Nicks y The Cranberries. FOTO cortesía Vijat Mohindra - RCA RECORDS
    La más reciente producción de Miley Cyrus, Plastic Hearts, incluyó covers de Blondie, Stevie Nicks y The Cranberries. FOTO cortesía Vijat Mohindra - RCA RECORDS
25 de enero de 2021
bookmark

La primera vez que Nothing Else Matters de Metallica salió al público fue en 1991. Para ese entonces, la cantante Miley Cyrus no había nacido.

En este momento, Cyrus tiene 28 años y en noviembre de 2020 dio un vuelco firme hacia el rock con su álbum Plastic Hearts. Se ha distanciado del pop con el que se le asoció desde sus años como Hannah Montana y, posteriormente, a lo largo de su carrera como solista.

En 2019, como parte de su presentación en el festival de Glastonbury, se lanzó a hacer un cover (una reinterpretación de una canción escrita y previamente interpretada por otro artista). El tema que escogió aquella vez fue Nothing Else Matters.

Era apenas la antesala de otros ejercicios como darle su propia mirada a Heart of Glass de Blondie, Zombie de The Cranberries e incluso una adaptación de Edge of Seventeen cantada con la mismísima Stevie Nicks en su más reciente producción.

Aunque frente a las nuevas versiones de cualquier canción se alzan fuertes prevenciones, Plastic Hearts debutó como el disco número uno entre los más escuchados del rock en la lista Billboard 200.

Después de alcanzar ese logro, anunció que este año está trabajando en un álbum compuesto exclusivamente por covers de Metallica y para hacerlo contará con estrellas diversas e inmensas como Elton John y Yo-Yo Ma.

“El cover es una actividad musical muy natural”, explica Álvaro González Villamarín, el profe, director de Radiónica. Es algo así como “la foto de la foto y de pronto esa imagen te puede decir más que la original”.

Dice que incluso hoy el cover tiene importancia “porque es una reinterpretación que tiene un carácter estético y cultural muy fuerte”. Cita como ejemplo, el más reciente material inédito que salió bajo la autoría de David Bowie, divulgado en enero, fueron precisamente dos covers: Tryin’ to get to Heaven de Bob Dylan y Mother de John Lennon.

La cadena es larga

El profesor de la Universidad de Auburn, George Plasketes, cuenta en un artículo en el que analizaba la reinterpretación de canciones en el pop, la década de 1950 tuvo un auge de este tipo de aproximaciones a música anterior o incluso de su misma época.

El escritor y profesor de la Universidad de British Columbia, David Metzer, relata que eso tuvo que ver con la llegada del rock n’ roll y cómo se percibía esa música que para tantos podía caer en una categoría pecaminosa.

“Había dos tipos de covers –dice– los primeros eran de músicos que hacían versiones de canciones antiguas como las de Irving Berlin o de teatro musical. La gente sentía que con esas canciones defendían el pasado ante la llegada del rock n’ roll”.

El segundo tipo era hecho por grandes intérpretes blancos que grababan canciones de intérpretes negros y lo que querían era acercar esa música más a la audiencia blanca. “Lo que hicieron muchos músicos blancos fue reversionar el blues de las poblaciones afrodescendientes”, añade González. “El músico blanco, teniendo la segregación tan grande que había en Estados Unidos, comienza a sentirse influido por el blues, el jazz y por el rock que empezaba a crearse”.

Uno de los ejemplos prominentes fue la grabación de Pat Boone de Tutti Frutti, originalmente grabada por Little Richard. “La versión de Little Richard tiene una energía impresionante, un gran espíritu y es muy sensual, pero la de Pat Boone no tiene nada de eso, aunque vendió muchas copias más. Era como bajarle un poco el volumen a esa música emocionante para vendérsela a un público más amplio” y conservador.

Otro aspecto que González considera importante en ese auge fue que “todo este proceso nace en una posguerra, es el caso de la Segunda Guerra Mundial, pero también durante la Guerra de Corea. El arte de la posguerra y de los tiempos difíciles siempre trae cosas interesantes”. Eso también ocurrió en Europa, donde grandes bandas británicas se empezaron a impregnar del blues americano.

De este lado

En Latinoamérica, el cover significó la llegada de toda una cultura de la música popular. “Incluso en Colombia, si bien había bandas con canciones propias como Los Yetis, muchas bandas reversionaron canciones de lo que era el rock en inglés”.

Pero no solo ocurrió con el rock y por una influencia extranjera. A su manera, Carlos Vives reinterpretó clásicos del vallenato y “es un ejemplo muy interesante de la versión o reinterpretación del folclor popular. Vives le dio una dimensión gigante que pasó a ser multigeneracional”.

Muchas veces se trata de hacer homenajes o de contar una historia que le termina resonando con la banda. Cuando la agrupación bogotana The Mills preparaba su primer disco, quería hacer su propia interpretación de un himno del rock en español. Estaban entre En algún lugar de Duncan Dhu, Mil Horas de Los Abuelos de la Nada y Lobo Hombre en París de La Unión.

Descubrieron que Lobo Hombre en París, se había inspirado en una historia de Boris Vien, un dramaturgo, escritor y músico francés y el cuento les gustó. De ahí la elección del tema que integró Babel y que todavía sigue siendo una de las canciones más escuchadas del grupo.

“Pienso que fue una gran selección porque le dimos a la canción nueva vida para nuevas generaciones”, cuenta Bako, vocalista de la agrupación. Dice que para reversionarla, lo único que mantuvieron de la original fue la melodía de la voz, “tratamos de quitar lo más representativo de la canción: el bajo. Queríamos que fuera realmente una versión de The Mills, nuestro punto de vista”.

Un buen cover

Un gran ejemplo de alguien que hacía buenos covers es Aretha Franklin. Metzer cuenta que cuando ella empezó a sacar álbumes con Atlantic Records, “¾ de sus canciones eran covers de todo tipo de cosas, de blues, de canciones conocidas y mostraba cómo podía hacerlas propias, de Aretha”.

Dice que nadie nunca le alzó preguntas acerca de su originalidad, “por lo mucho que las cambió”. Pone como ejemplo a Respect, “es un clásico, pero ella no la escribió, Otis Redding lo hizo, pero ella la hizo su canción”.

“Para mí, el cover que es fiel, no es bueno”, añade González, no le gustan los que parecen fotocopias. “El buen cover es el que tiene el espíritu de lo que quiso contar quien lo compuso, pero que le logra dar una reinterpretación a la voz propia de quien lo está haciendo”.

Cuenta que algunos le parecen mejores que los originales. como la versión que hizo Johnny Cash de Hurt, compuesta por Trent Reznor para el álbum The Downward Spiral (1994) de Nine Inch Nails.

“La canción era perfecta: dura, dolida, desesperada”, pero cuando la toma Johnny Cash, a sus 70 años en 2002, a pesar de que tiene la misma letra, “ahí él se está despidiendo de la vida, hay algo ahí que es arte”. El músico falleció un año después.

En cuanto a Cyrus, ¿qué pasa con esa delgada línea que podría volverla una artista “de covers” ante el público? “Es una línea fina lo que está haciendo pero con este álbum que planea hacer de Metallica puede salir bien librada porque es una especie de thrash metal o heavy metal que tiene una identidad muy masculina. Entonces que ella lo cante es una declaración”, opina Metzer quien está esperando ver qué canciones escoge la artista para su nuevo proyecto discográfico, en el que podrá seguir poniendo la creatividad al límite.

Te puede interesar

El empleo que busca está a un clic

Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD