Las divisiones menores de Atlético Nacional le han dado infinidad de jugadores que no solo fueron importantes para el club, sino también para el fútbol colombiano. Hoy, la cantera verde no es ajena a la crisis que se afronta por la pandemia, pero los directivos han tomado medidas para proteger su principal activo, ese que llaman la “fábrica de los sueños”.
Antes de mencionar estas acciones, cabe recordar que Humberto “Turrón” Álvarez fue el primer jugador, formado en esas bases, que se destacó y, además, fue pieza clave en el título de 1954. Desde su época, muchos jugadores forjados en el verde han dejado huella.
También se recuerda el denominado “kínder” de Osvaldo Juan Zubeldía, compuesto por jóvenes talentos en el año 1976. Después vino la época de los puros criollos con Francisco Maturana y allí surgieron René Higuita, Leonel Álvarez, Andrés Escobar (q.e.p.d.) y Jhon Jairo Tréllez. Continuaron con ese legado José Fernando Santa, Víctor Marulanda, Víctor Hugo Aristizábal y Juan Pablo Ángel, entre otros.
Más recientemente podemos mencionar a David Ospina, Edwin Cardona, Sebastián Pérez y Marlos Moreno.
En la actualidad, se podría decir que los jugadores más reconocidos de la cantera, por lo que significaron sus padres, son Emilio Aristizábal y Tomás Ángel, quienes compiten para llegar al primer equipo. Ambos, además de realizar los entrenamientos virtuales, aprovechan el tiempo para entrenar sin descanso bajo la tutoría de sus papás.
Hernán Darío Herrera y Alejandro Restrepo, técnicos de la categoría sub-20 y sub-17, respectivamente, destacan el trabajo en las bases. “Hay una fusión y organización interesantes las que tiene el club en esos procesos”, dice Restrepo.