A gran velocidad, en la que es especialista, Kevin Santiago Quintero dejó atrás el calificativo de promesa del ciclismo de pista.
Con una evolución admirable, que sorprende como su imponente figura atlética, el corredor que nació hace 20 años en Palmira (Valle) es, gracias a su talento y perseverancia, la nueva realidad de esa modalidad en Colombia. En el ámbito internacional ya lo miran con respeto.
“Y saber que muchos creían que era un corredor normal y que no llegaría a ningún lado”, expresó ayer sobre su pupilo el entrenador de la Selección Colombia, el antioqueño John Jaime González.
Quintero acaba de retornar al país no solo con la alegría de terminar quinto, el pasado fin de semana, en la prueba del keirin de la Copa Mundo de pista en Berlín, sino con la mentalidad de trabajar más fuerte para recoger mejores frutos, sobre todo en los grandes desafíos que se empiezan a asomar en el horizonte: el Mundial en Pruszkow, Polonia, en marzo próximo, y los Olímpicos de Tokio-2020.
Para estar en esas citas aún debe puntuar en el ranquin. La Copa Mundo que se avecina, desde el 14 de diciembre en Londres, es otro gran desafío para escalar posiciones y confirmar sus condiciones.
“En un momento fue perdiendo el rumbo, pues llegaba a entrenar con pereza, algo normal en los jóvenes. Pero a punta de cantaleta retomó el camino. Ese muchacho va a dar que hablar en la pista mundial. Fue criado con buenos principios, es responsable, serio, disciplinado, tiene ambición”, señaló González, al agregar que lo hecho por el deportista en Alemania no es sorpresa.
En septiembre pasado, en Aguascalientes, México, impuso récord panamericano en el kilómetro con tiempo de 58,657.