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El Real Madrid despidió con honores de leyenda a Sergio Ramos, un capitán inolvidable que se va como segundo jugador más laureado de la historia del club, con un acto cuidado al detalle, con las 22 copas que conquistó presentes, y que desbordó emoción entre los protagonistas en un día triste para el madridismo.
Le costó a Sergio Ramos aguantar las lágrimas desde el inicio y rompió a llorar en cuanto tomó la palabra para decir un "hasta luego" al club que le ha dado todo y por el que ha entregado todo lo que tenía en 16 años de carrera. Con traje oscuro, camisa blanca y corbata negra de cuadros, el pelo recogido. Apoyado por su inseparable Pilar Rubio, de blanco, el color del Real Madrid, con sus cuatro hijos en primera fila.
El defensa desveló su versión sobre la salida del Real Madrid, dejó claro que su adiós no se debe a razones económicas y que tras una largas negociaciones, cuando aceptó la oferta que tenía sobre la mesa por un año con rebaja salarial, el club le comunicó que había “caducado” y se debía marchar.
“El club me hace una oferta de un año con bajada de salario, quiero recalcar y dejar bien claro que el dinero nunca fue un problema, el presidente de mi boca ya sabía los últimos meses que lo mío no fue económico. Era un tema de años, me ofrecían uno y yo quería dos por tranquilidad. Era lo único que he pedido”, manifestó en su rueda de prensa de despedida.
“Llegados a este punto, en esta situación, en las últimas conversaciones acepto la oferta con la bajada de salario y se me dice que ya no hay oferta, dentro de un plazo hasta el 30 de junio que sigo siendo jugador del Real Madrid. Se me comunica que aún habiendo dado el ok a la última oferta que había sobre la mesa, tenía una fecha de caducidad y yo no me había enterado”, añadió.
“No sé por qué caducó la oferta, no te puedo contestar yo porque lo desconozco. Entiendo que hay un trato amigable y negociable, quizá lo malinterpreté, pero nadie me comunicó que tenía fecha de caducidad”, explicó.
Matiz que no desveló qué persona del club se lo comunicó: “Son reuniones privadas que las quiero mantener así. Hay cosas que se hablan y que son personales. Se me comunica a través de mi agente hace una semana y nos quedamos sorprendidos. Entendíamos que estábamos dentro de una negociación. No guardo ningún tipo de rencor, no quiero enfrentamiento porque me quedo con la familia, con que es un hasta luego; esta es mi casa, mi familia, y siempre estarán en mi corazón. Sergio Ramos volverá”, pronosticó.
Un Sergio Ramos que aseguró no arrepentirse de nada de lo hecho durante las negociaciones y que no dirá una mala palabra del presidente, Florentino Pérez, a pesar de su salida del Real Madrid.
“No, para nada me arrepiento. Cuando compra mi marca Sergio Ramos lo hace con sus virtudes y defectos. Y me gusta ser siempre yo”, comentó.
“Mi relación con el presidente ha sido extraordinaria, de padre e hijo a nivel deportivo y estaré agradecido eternamente a Florentino Pérez por permitirme vivir este sueño. No voy a hacer declaraciones en contra de él. En la familia existen discrepancias, pero me voy a quedar con el último abrazo que nos hemos dado. He ido dejando el rencor a un lado con el tiempo. A mí y a mi familia me hizo vivir una etapa maravillosa y así quiero que se recuerde. Solo me gusta contar la verdad”, aseguró.
“Yo más no he podido hacer”, se defendió Ramos.
El hasta esta temporada capitán del Real Madrid se defendió de las opiniones que le tildan de pesetero: “Tiene que haber todo tipo de opiniones, pero al menos que constaten una información o que sepan la historia. En el club sabían que no era un tema económico, era de años. Creo que en el fondo me lo he ganado, pero no se ha considerado así. Se cierra una etapa y se abre otra; las cosas vienen así”.
Ramos reconoció que han sido momentos difíciles: “No ha sido una etapa nada fácil porque la plenitud de la felicidad está cuando salto al campo. Con una lesión que han sido tres meses de recaídas, aunque afortunadamente puedo decir que estoy recuperado, de maravilla, ha sido un cúmulo de sentimiento y dudas. Me hubiese gustado estar aquí muchos años más; tener la tranquilidad de contrato que han tenido otros. Pero hubiese firmado tener seis meses complicados y 15 años y medio de buenos momentos”.
Ya reconociendo que está totalmente recuperado, el central español comenzará a planificar su futuro, que es “un tema” que no han tocado todavía. Eso sí, descartó volver al Sevilla y, sobre todo, fichar por el Barcelona.
“No hemos pensado en ningún momento el tema de ningún equipo. A partir de enero, quedo libre y entro en el mercado, y ha habido alguna que otra llamada; pero no hemos tenido en mente salir del Real Madrid. A partir de ahora, buscaremos una buena opción para mí. El Sevilla es el otro club de mi vida, pero a día de hoy no contemplo esa opción igual que ellos no lo contemplan; es un momento diferente”.
“Al Barcelona es un no rotundo como el Bernabéu nuevo de grande. Es imposible ver a Ramos con la camiseta del Barça”, dijo.
Ramos también comentó cómo le gustaría que le recuerden los aficionados madridistas: “Yo soy de esas personas que le gustan que le definan los demás. Pureza, me quedaría. Cada minuto que he saltado al campo he sido yo, me he dejado el alma y la vida por esta entidad y así quiero que me recuerden. Con mis virtudes y defectos, pero como una persona íntegra”, declaró.
Además, tuvo palabras de afecto hacia Zinedine Zidane y para el actual entrenador del Real Madrid, Carlo Ancelotti, con el que ganó la ansiada Décima del que siempre será el gran protagonista.
“Para mí, Zizou se ha ganado no solo ser el mejor de la historia y uno de los mejores de la historia. Le tengo un gran cariño. Siempre tendrá un huequito en mi corazón por todo lo que hemos vivido”, comentó.
“El tema de Ancelotti, cuando salió como entrenador del Real Madrid, lo llamé para felicitarle. Nada más. No ha habido ningún tipo de conversación. Le tengo un cariño especial por la etapa en la que estuvimos juntos”, concluyó.
No faltó nadie de su inseparable familia que lo dejó todo cuando a Sergio, con 19 años, le llamó el Real Madrid. Su padre, José María, con rostro serio, su madre, Paqui, y su hermana Miriam sin poder contener la emoción desde que se inició el acto con un vídeo. Su hermano y representante, René Ramos, presente a metros de los cargos del club con los que no llegó a un acuerdo en unas largas negociaciones para la renovación.
Con la misma agenda que un acto de presentación de un futbolista recién fichado pero una gran diferencia, los 22 trofeos que presidían un homenaje doloroso para el madridismo. El día del adiós escenificado de una de sus grandes leyendas.
El vídeo lo reflejó en imágenes que se iniciaban con su llegada, siendo un niño, recibiendo en el palco de honor del Santiago Bernabéu su primera camiseta de manos de Alfredo di Stéfano, y que se cerraba con un beso de Ramos a la Copa de Europa que conquistó en cuatro ocasiones. "Gracias, Sergio", le dedicó el club.
Entre medias muchos goles del defensa con alma de delantero, el más goleador de la historia del club con sus 101 dianas. Protagonismo en finales, el tanto más especial en la final de 'Champions' de Lisboa, celebraciones de distintas épocas que reflejaban en décimas de segundo el paso de la vida.
La decisión no ha sido fácil para el presidente Florentino Pérez, serio en su alocución, mostrando el afecto especial que siempre tuvo en una relación padre-hijo con Ramos. "No es un día fácil, porque has sido alguien realmente especial para mí y porque tú y yo hemos sufrido, disfrutado y vivido juntos la reciente y exitosa historia de nuestro Real Madrid".
No dejó ni una sonrisa forzada en todo el homenaje, ni al fotografiarse con Ramos junto a los trofeos cuando el sevillano ya había soltado la tensión del momento en su discurso.
Ramos respiró hondo en los minutos que duró el vídeo y se quitó la coraza al subir al estrado y empezar a hablar delante de personas con las que ha compartido media vida. Se derrumbó al hablar de su familia, de las personas que dedican su vida a trabajar en el club, de la afición, entrenadores y compañeros con los que lo ganó todo.
Se fue con elegancia en sus palabras, fundiéndose en un abrazo de despedida de Florentino Pérez tras los desencuentros de este curso, recibiendo la insignia de oro y brillantes del club. Recuperó su sonrisa característica con fotos que añadir a su enorme colección. Junto a los trofeos ganados y su familia. Las acarició una a una, con mil recuerdos agolpándose en su cabeza y un tremendo dolor por un adiós que no deseaba. Su sueño era retirarse en el Real Madrid y despedirse de todos en el Santiago Bernabéu.