En la versión futbolística de la larga despedida, Joseph Blatter permanece en la banca.
Dos días después de anunciar su renuncia como presidente de la Fifa, Blatter envió un tuit con una fotografía en la que aparece sentado frente a su escritorio, con un bolígrafo en la mano. Escribió que estaba trabajando para reformar la organización, que ha caído en una severa crisis por una investigación por actos de corrupción de parte de las autoridades estadounidenses.
Blatter dijo que planea seguir en el cargo y encabezar las reformas tal vez por nueve meses, hasta que se designe a su sucesor en nueva elección. Esa permanencia resulta inaceptable para algunos líderes del deporte y para expertos anticorrupción.
“Debe irse de inmediato”, aseguró Lennart Johansson, expresidente de Uefa que en 1998 fue derrotado por Blatter en una elección presidencial en la Fifa que generó muchas sospechas de compra de votos. “La gente desea que seamos limpios”.
“Blatter no puede supervisar la ‘nueva’ Fifa, debe irse ya”, indicó el director ejecutivo de Transparencia Internacional, Cobus de Swardt. “El fútbol mundial no puede caer en el limbo”. Blatter estaría al frente hasta marzo del año entrante .