El rótulo de final se queda corto para describir el partidazo que ofrecieron River y Atlético Nacional este miércoles en el último partido de la Copa Sudamericana y que coronó por primera vez al equipo argentino.
A lo ancho y a lo lardo del gramado del estadio Monumental de Núñez se disputó una ‘batalla’ futbolística entre colombianos y argentinos que no se guardaron nada por conseguir el título continental.
River Plate, haciendo gala de su gran hinchada, fue el primero en avisar al rival con un tiro libre de Pisculichi que puñeteó el guardameta argentino Franco Armani, apenas a los dos minutos de iniciar el partido.
Nacional demostró personalidad para imponerse al marco de más de 60.000 aficionados locales y también se acercó al arco de River por la vía del balón parado. Cardona fue el encargado de ejecutar dos cobros, el segundo con mayor peligro, aunque no logró inquietar a Barovero.
El partido se hizo trabado y con mucha pierna fuerte, a pesar de que el central uruguayo Darío Ubriaco no mostró ninguna tarjeta durante la primera etapa.
River basó su juego en presionar la salida de Nacional obligándolo a equivocarse y generando muchas opciones claras de peligro. Fue así como el colombiano Teófilo Gutiérrez tuvo cinco duelos mano a mano con Armani, que siempre salió victorioso.
Sin embargo, Nacional hizo su trabajo, no se encerró, tuvo posesión de balón como lo pide el técnico y creó llegadas que no concretaron ni Ruiz, ni Cardona, que al igual que en la ida volvieron a perdonar.
Los primeros cinco minutos del segundo tiempo fueron similares al partido en Medellín, pero con Nacional como protagonista. Dos faltas al borde del área le dieron más posibilidades al equipo antioqueño, que las volvió a desperdiciar.
El que no perdonó el balón parado fue Gabriel Mercado, que a los 54 minutos se deshizo de la marca de Ruiz para cabecear al palo más lejano de Armani un tiro de esquina lanzado por Pisculichi.
Nacional quedó conmocionado, perdió el balón y cuando apenas intentaba asimilar la desventaja llegó el segundo mazazo a los 58’. Otro centro de preciso de Pisculichi que conectó Pezzella. Un gol calcado al primero.
Desde entonces River se resguardó en defensa y le dio el balón a un Nacional que no encontró reacción en Murillo, Guisao y Sherman, que ingresaron por Nájera, Díaz y Berrío.
En su segunda final de la Copa Sudamericana River Plate se consagró campeón de un torneo internacional después de 17 años y aún con la opción de conquistar el título del torneo local.