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Al técnico Octavio Zambrano le brillan los ojos cuando recuerda el pasado clásico antioqueño, la tarde del 7 de octubre del año pasado, en la que sus dirigidos le ofrecieron a la afición roja una de las victorias más claras en los últimos derbis.
Un 2-1 con goles de Germán Cano (penalti) y Larry Angulo, la gran figura del partido, con un despliegue físico tremendo y el atrevimiento en el mano a mano que seguramente aún recuerdan Daniel Bocanegra y Alexis Henríquez.
“En ese partido Larry puso su sello y dijo acá estoy yo (...) Es muy satisfactorio cuando ves una respuesta así de un jugador en un marco semejante. Pero no fue solo él, en líneas generales esa victoria se nos ha planteado desde entonces como un referente de lo que el equipo puede dar en contextos de alta exigencia”, detalla el ecuatoriano.
Una de las conclusiones que sacó el estratega rojo del triunfo pasado 1-0 sobre Santa Fe, que no estuvo exento de nerviosismo hasta el último minuto, y que volvió a resaltar ayer tras la práctica, es la necesidad de que el equipo aprenda a gestionar mejor el marcador a favor.
Esto no necesariamente implica que Zambrano esté pensando en disponer de un equipo menos ofensivo. Más bien en recuperar la suficiencia que no lograron mostrar en los dos triunfos conseguidos, contra Rionegro Águilas y Santa Fe.
“Pienso que debemos mejorar para poder mantener un resultado con tenencia. No lo hacemos con la consistencia que deberíamos tener y hay que trabajar más para poder tener el bloque sólido y garantizar el triunfo con un marcador 1-0”, explica.
Esta labor no solo involucra a la defensa sino a los dos volantes fijos en la titular: Diego Arias y Andrés Ricaurte, llamados a controlar el ritmo del juego, el primero por la experiencia y el segundo por la capacidad técnica.
Esta tarea en particular no será fácil, pues en los últimos años Medellín se acostumbró a ser un equipo de rendimiento superior en ataque para compensar el desbalance en zona defensiva.
Más allá del gesto protocolar de adular las bondades del rival, previo a un partido relevante, el concepto que tienen los jugadores y el cuerpo técnico del presente de Atlético Nacional es detallado.
“Es un equipo bien armado; tiene una base de lo que era el semestre pasado, complementado por jugadores como Hernán Barcos que es un jugador fantástico, de una inteligencia tremenda. Pero es un equipo que no se deja maniatar, espera el error del rival, por ende no concede muchos goles. Pero tampoco arriesga mucho”, considera Zambrano.
“En ese orden de ideas tenemos que ser cuidadosos y tratar de no dejarnos llevar hacia la estrategia de ellos”, complementa.
Son dos registros los que defiende Medellín ante Nacional: las 24 fechas de invicto por Liga en el Atanasio y los cuatro años, siete partidos en total, sin perder el derbi antioqueño en condición de local. Con todos estos ingredientes, el juego del sábado, es, sin duda, un punto de quiebre.
Soy periodista porque es la forma que encontré para enseñarle a mi hija que todos los días hay historias que valen la pena escuchar y contar.