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C risthian Ríos, el Gran Maestro de ajedrez más joven que tiene Colombia, le sacó lágrimas a su madre cuando los médicos le diagnosticaron que padecía déficit de atención e hiperactividad.
“Me llené de temor porque la gente en la calle decía que este tipo de personas pueden volverse drogadictos o delincuentes”, cuenta la mamá del deportista, Alba Gómez, quien hoy se sorprende al ver los alcances del talentoso deportista en el deporte ciencia.
Alba, comerciante al igual que su esposo Javier Ríos, recuerda que el neurólogo Óscar Rosero les recomendó que el chico, que en ese entonces tenía 6 años de edad y practicaba fútbol, debía canalizar su energía en una disciplina que mantuviera su mente ocupada, más si era individual.
“El ajedrez fue el remedio que buscábamos. Antes no se concentraba ni viendo una propaganda. Fueron bastantes los dolores de cabeza”.
Fue tanto el amor que le cogió Ríos a esta actividad que, a los 10 años de edad, se convirtió en campeón nacional. Y también, rápidamente, alcanzó su mayor hazaña. En diciembre pasado, en el Internacional de Cali, el cual ganó, alcanzó una meta que se trazó desde cuando fue flechado por el ajedrez: ser Gran Maestro (GM). De 7 de ellos que tiene el país, es el único que la consiguió con 23 años.
“De él siempre he admirado su alegría, entusiasmo, compromiso y deseo por salir adelante. Además, cuando se traza algo, lucha por alcanzarlo”, agregó la madre luego de despedir ayer a Cristhian rumbo a Medellín, donde espera, con la velocidad mental que posee, dar jaque en el Continental que comienza hoy en el Hotel Dorado La 70.
“Estoy motivado y con buen nivel”, expresó. Su madre vuelve a llorar, pero de orgullo, al saber que los impulsos de Cristhian son para lograr la gloria deportiva .