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Por JHEYNER A. DURANGO HURTADO
Es claro que Colombia no pudo clasificar, por primera vez en su historia, a unos Juegos Olímpicos, pero la derrota no se puede entender como fracaso, más allá de que el entrenador nacional, el brasileño Antonio Rizola, hubiera pedido perdón a la fanaticada y al país a través de los medios de comunicación.
La posibilidad de acudir esta vez a las justas de Tokio-2020 se esfumó el jueves en el juego que las representantes perdieron 1-3 ante Argentina, una potencia en el ámbito internacional.
Tal vez las lágrimas de las integrantes del elenco y el técnico Rizola reflejaron la impotencia de saber que, pese a la experiencia de sus rivales, evidenciaron condiciones para superarlas, como sucedió en el primer set, el cual se adjudicaron 25-16. Luego cayeron 21-25, 16-25 y 23-25.
Si bien desde un comienzo se habló de que este proceso iniciado hace tres años por este timonel busca su consolidación para los Olímpicos de París-2024, desde hace varios meses este grupo de deportistas, entre los 17 y 24 años de edad y que algunas militan en el exterior, sorprenden con su talento, más allá de que no haya en este momento liga nacional, coincidieron las jugadoras.
Pese ello, y tras la brillante actuación en el Preolímpico en Bogotá, el Ministro de Deportes, Ernesto Lucena, anunció en su cuenta de Twitter que “es inminente evaluar el proceso de formación y desarrollo del volei en Colombia. Promoveremos la creación de la liga profesional”.
Por su parte, evidenciando resiliencia, la capitana, Alejandra Marín, agregó en charla con el Comité Olímpico Colombiano, que “salimos destruidas pero nos levantaremos. Nos toca trabajar y esperar cuatro años más para llegar a las olimpiadas”.