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Pádel, un “parche” de amigos que ya tiene un lugar en Antioquia

Esta práctica alternativa llegó a Colombia en 2015. La primera cancha en Medellín se abrió en 2018.

  • Felipe Salazar, socio de In Pádel en La Estrella, empezó a jugar este deporte cuando visitó a su cuñado en España. FOTO: JAIME PÉREZ
    Felipe Salazar, socio de In Pádel en La Estrella, empezó a jugar este deporte cuando visitó a su cuñado en España. FOTO: JAIME PÉREZ
Pádel, un “parche” de amigos que ya tiene un lugar en Antioquia
21 de septiembre de 2022
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El golpe de la pelota de pádel suena más seco que el de una de tenis. En parte porque la bola verde que se utiliza para este deporte no se golpea con una raqueta de cuerdas tensionadas, sino con una pala maciza que los jugadores tienen amarrada en su muñeca con un cordón de seguridad.

Con esto evitan que se suelte, salga volando y golpeé en la cabeza a algunos de los que está jugando dentro de la “caja” (es un escenario techado y con buena acústica).

Un golpe con esa pala que en apariencia es liviana y permite hacer sutiles movimientos con la muñeca para pasar la pelota por encima de la malla, puede hacer que una persona tenga que ser llevada a la sala de urgencias para que le curen la herida abierta que le provocaría. Por eso en este deporte, que es una mezcla entre tenis, squash y ráquetbol, es importante la comunicación y tener el oído afinado.

Desde el primer momento se creó como una actividad que se juega en parejas, a diferencia del tenis cuya modalidad fuerte es individual.

“El pádel es un deporte social, porque se reúnen 4 personas para jugar entre ellas; también es un “parche” de amigos. Se aprende muy fácil, pues permite que cualquiera que se acerque, en menos de 20 minutos, pase la bola sobre la malla”, comenta Felipe Salazar, jugador y entrenador del Club In Pádel de La Estrella.

¿Cómo se juega?

Dentro de la cancha de césped sintético azul, que tiene una malla en la mitad que es más alta en los costados que en el centro, se encuentran los cuatro jugadores para disputar un partido que puede durar en promedio una hora.

Uno de los miembros de la dupla se para sobre la línea blanca que hay en la parte de atrás, que demarca la zona desde la que se debe hacer el saque para el servicio: tira la pelota contra el suelo para que rebote y luego le da un golpe seco que la manda al terreno del rival.

Mientras la bola pica la única vez que lo puede hacer en el otro lado del campo, el compañero de dupla está en cuclillas cerca de la malla, esperando a que el adversario responda la pelota y él la pueda cazar en el aire para clavarla con fuerza contra el suelo y marcar un punto. El juego es dinámico y las posiciones dentro del terreno van cambiando.

-“Mía”, grita uno, mientras que el otro se corre para dejar que golpee la pelota. Hay que estar concentrado para no entorpecer esa dinámica o recibir un pelotazo inesperado en la espalda.

-“Buena bola”, grita uno de los jugadores cuando el saque pica cerca de la línea final, mientras que los rivales, de espaldas a la red, buscan la manera de golpear la pelota con suficiente fuerza y ángulo para que después del golpe contra el cristal del fondo, o la malla metálica de los costados pueda pasar al otro lado.

“Al jugarse en un escenario cerrado es más dinámico y entretenido porque la bola, como pica rápido, corre en menor tiempo y la superficie en que se juega es menos desgastante que la de una cancha dura de tenis”, comenta Gabriel Alejandro Romero, presidente de Pádel Sports Colombia, entidad que organiza los torneos en el país.

Dentro de la cancha los jugadores se mueven rápido y golpean la pelota con fuerza, en una clara estrategia de ataque. Los otros defienden y utilizan la velocidad de la bola para no perder el punto, mientras que los espectadores que observan el partido aplauden cuando adentro un deportista grita “45-30, juego para nosotros; ganamos el set y nos llevamos el partido”.

¿De dónde viene?

Este deporte que se viene popularizando en Medellín y el Valle de Aburrá desde 2018 y está viviendo un boom desde que empezó 2022. Nació por una casualidad en Acapulco, México, en 1962.

Enrique Corcuera, un hombre mexicano, instaló en un terreno de 20 metros de largo por 10 de ancho en su finca vacacional llamada “Las Brisas” una cancha para jugar frontón, un deporte milenario vasco que consiste en golpear una pelota similar a la de tenis con una raqueta contra una pared, como en squash.

“Pero como uno de los lados de la cancha no tenía pared, la pelota se le iba para el terreno del vecino, por lo que puso la otra”, agrega Salazar.

Así fue como nació esta modalidad que, tiempo después, fue llevada a la isla de Marbella, España, donde se construyó la primera cancha en Europa.

El juego empezó a ser practicado por extenistas profesionales como el cuatro veces ganador de torneos de Grand Slam, Manolo Santana.

En las décadas del 80 y 90 llegó a Argentina, donde lo practicaban personas que jugaron tenis pero que no tuvieron el talento suficiente para llegar a ser profesionales.

“Me gusta practicar este deporte porque me sirve para descansar luego del trabajo. Además, comparto con mi familia y conozco personas. Hay una competencia muy sana. Todo el mundo lo puede jugar”, dice Gabriel Univio, un colombiano que vive en Barcelona hace 21 años, y allá lo descubrió.

España y Argentina son las potencias mundiales. En el Valle de Aburrá hay en este momento 17 canchas de pádel y se estima que esta práctica que hoy la tienen cerca de 350 jugadores en la ciudad, seguirá creciendo hasta conformar la Liga Antioqueña de Pádel en 2023.

Infográfico
17
canchas de pádel hay en el Valle de Aburrá. 11 abiertas y 6 en proceso de construcción.
2023
será postulado el Pádel como deporte olímpico ante el Comité Olímpico Internacional.

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