Tenía 14 años y por un punto perdió la oportunidad de saborear la gloria en los Juegos Intercolegiados.
“El partido fue una cosa loca y todavía me da tristeza”, así recuerda Juan Felipe Giraldo el 5 de noviembre de 2016. Él, junto a sus compañeros, disputaba la final nacional de baloncesto.
Estaba vestido con la bandera de Antioquia “y eso es un orgullo muy grande”. Sus rivales eran los muchachos de Cesar, relata Giraldo quien hoy tiene 18 años.
Evoca que aquella final fue ventajosa para los antioqueños hasta el segundo cuarto del encuentro, pues llevaban 20 puntos de ventaja. Pero en el tercer cuarto todo cambió: “Los factores arbitrales nos perjudicaron y varios jugadores nuestros fueron expulsados. Nos empataron y al final ganó el Cesar por un punto”.
Su proceso inició en el zonal de Medellín y representaba al colegio Salazar y Herrera con la casaca 10. Juan Felipe ya es egresado y espera que este año sus compañeros puedan dar la revancha.
En esta ocasión la nómina de esa institución educativa, que por 14 años consecutivos ha llegado a las finales departamentales y nacionales de los Intercolegiados, está compuesta por 18 jugadores.
Ellos hacen parte de los 8.332 estudiantes que este año representarán a las instituciones públicas y privadas de la educación media y superior.
La llama competitiva del certamen se prendió este jueves y permanecerá así hasta noviembre en el Coliseo Iván de Bedout, donde se realizó el acto inaugural.
La encargada de encenderla fue la nadadora Estefanía Álvarez, quien participó en los Juegos Olímpicos de Tokio-2021 y Río-2016 y cuyos primeros pasos como competidora los dio en su vida escolar.
“Mi vida deportiva inició desde el colegio en un torneo similar”, relata la deportista y dice que estas justas son la oportunidad para dar a conocer jugadores y “por qué no, encontrar atletas de alto rendimiento que representen al país en futuras Olimpiadas”.