Por Wilson Molina
Al iniciar mi carrera como entrenador en los niveles de formación escuchaba a colegas que decían: “Usted no puede ser amigo de los deportistas”. Al comienzo lo cumplí porque estaba en proceso de aprendizaje, aunque iba en contra de esa idea. El paso del tiempo me confirmó las dudas que tenia sobre esa postura.
Después de mas de 20 años compartiendo con deportistas, sé que hay que seguir los instintos. El entrenador puede tener el conocimiento técnico, tener el secreto o la planificación del éxito; pero si no conoce cómo son, cómo están, qué sienten y qué quieren sus atletas, posiblemente tenga un resultado pero no un sueño cumplido.
Conociendo las necesidades, gustos, problemas, objetivos y sueños, en torno a los que se mueven y conviven los atletas, se tendrán más herramientas para ayudarle a cada uno de ellos en su formación personal y deportiva.
Con Daniel Restrepo la “clave del éxito” fue la comunicación directa, mostrarle desde lo técnico y metodológico cómo aproximarse a un resultado anhelado, pero no siempre se atina en el proceso. Somos humanos, somos formadores y no sabemos qué tormenta pueda estar atravesando nuestro dirigido, pero sí tengo la certeza de que podemos ser su paraguas.