Para Gonzalo Ospina, tanto la Filarmónica de la que hace parte, como los músicos de la ciudad, no tienen nada que envidiarle a los del mundo. “El nivel de ejecución de un músico local es equiparable con lo mejor que se hace en el mundo, eso es algo que se debería saber. Conocemos mucho a los deportistas y artistas populares, pero nuestros músicos académicos también han crecido, por ejemplo, este año nos invitaron a tocar en Spoleto, Italia, y podríamos hacerlo sin ningún pudor frente a otras orquestas”, afirma.
A pesar de que falte algo de reconocimiento popular, Gonzalo sabe que el público que va a los conciertos de la Filarmónica es cada vez más grande y diverso, gracias a que no han sido tímidos para colaborar con otros artistas. “Es posible que cuando participamos en fusiones el público vaya por el otro artista, pero la gente que no conocía la Orquesta queda con la inquietud de asistir a nuestros conciertos, eso enriquece mucho, no solamente nuestro ambiente, la ciudad, el público, sino que compartir lenguajes es muy positivo para todos, construir una idea en conjunto es muy bonito y eso estamos haciendo los músicos de Medellín”, cuenta.
La Filarmónica trabaja frecuentemente con artistas de diferentes géneros, su colaboración más reciente fue el trabajo para el concierto sinfónico del cantautor bogotano Fonseca en Medellín, el pasado 11 de diciembre. Así han hecho tango con el cantante argentino Ariel Ardit, lo que les mereció una nominación al Grammy. También hacen tributos a clásicos del rock y han tocado con agrupaciones de géneros tan distantes como Unión Latina y Los carrangueros de Ráquira.
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