Llantas: lo primero es comprobar el nivel de desgaste que tengan, es decir, el porcentaje de vida que les quede. La banda de rodadura, es decir, donde la rueda se apoya o tiene contacto con el suelo, tiene unos indicadores que si están a ras con el suelo, muestran que la llanta debe cambiarse. Para verificar este estado puede utilizarse una moneda de 500 pesos, si se ve completa la zona cobriza, debe sustituirse el neumático.
Es bueno mirar también que el caucho no tenga golpes, ranuras, cortes, “chichones”, huecos o desgastes irregulares. En marcha esto se nota por los ruidos, golpeteos e inestabilidad en la dirección.
Al comprobar la presión de inflado, verifique que las llantas tengan la cantidad de libras sugerida en el manual del vehículo o en un adhesivo generalmente colocado en la parte inferior del paral que recibe la puerta del conductor. Ni mucho más, ni mucho menos.
Estado de carga de la batería: comprobar que tenga el voltaje adecuado, que no haya fugas de líquidos ni esté sulfatada. Que los bornes permanezcan limpios, sin oxido ni elementos extraños en sus alrededores. Ya puestos, también es bueno mirar el funcionamiento del alternador de corriente.
Líquido de frenos: para su revisión hay que mirar el recipiente que lo contiene, que también es transparente. Al pisar el freno debe observarse si el nivel baja para comprobar que la presión es óptima. También es bueno asegurarse de que no existan fugas en todo el recorrido del sistema, desde la bomba hasta las mordazas.
Nivel de aceite: el lubricante es la “sangre” del motor. Es muy importante entonces comprobar la cantidad y calidad del aceite, sobre todo si el último cambio ya lleva un tiempo de verificado. Además, si el carro pasa la mayor parte del tiempo en la ciudad y sus congestiones, el líquido pierde sus propiedades con mayor rapidez. Para verificar si el nivel está correcto, en la varilla de medición hay dos rayas con los puntos de nivel máximo y mínimo. Haga la medición siempre con el motor en frío, cuando el aceite está asentado en el cárter, para saber cuál es la cantidad real de lubricante que tiene el vehículo.
Bujías, cables de alta, filtros: apoyados en el manual del propietario, hay que mirar las fechas y/o el kilometraje para la sustitución de estos elementos. Una bujía sucia pierde el contacto eléctrico y puede ocasionar dificultades al arrancar y/o un alto consumo de combustible. Los filtros de aire, aceite y gasolina taponados entorpecen o hasta pueden impedir la marcha del carro.
Suspensión: es un sistema que se compone de varios elementos: amortiguadores, tijeras, rótulas, bujes y brazos de dirección, entre otros. Si escucha ruidos en su operación, algo no está bien. Si el carro rebota demasiado en los desniveles, si se balancea mucho en curvas, si hay golpes secos, en fin, cualquier síntoma de alteración en la comodidad de marcha, es indicador para sustituir alguna pieza.
Nivel de refrigerante: es el que mantiene a temperatura de trabajo el motor. Para observar cómo está basta con mirar el tarro de expansión, pues este es traslúcido. La recomendación es utilizar, en vez de agua pura, un líquido refrigerante con mayor capacidad de ebullición, además, este tiene un color específico, que ayuda a detectar fugas por las mangueras o los empates y corregirlas de manera más precisa.
Se recomienda agregar líquido con el motor frío o con muy poco tiempo de utilización, pues si el propulsor está muy caliente es posible que por acción del calor, el refrigerante salga expulsado y pueda quemarnos o las “trampas de vapor” bloqueen el sistema y se produzcan recalentamientos posteriores.
Para garantizar una perfecta refrigeración, debe inspeccionarse el estado de las mangueras, que no tengan porosidades o roturas, y sobre todo que los empates que llevan abrazaderas tengan el ajuste correcto
Líquido lavaparabrisas: Casi nadie lo tiene en cuenta en las revisiones periódicas pero este detergente es muy importante en la marcha cuando hay mal tiempo, pues la lluvia, el barro, la arena y diversos elementos pueden ensuciar el vidrio panorámico y entorpecer la visión normal hacia la carretera. Lo mejor es tener una buena reserva de líquido limpiador con ingredientes adecuados. En ese orden de ideas, las plumillas o limpiaparabrisas también deben conservar sus propiedades y reemplazarlas si es del caso.
Luces: aquí se mira que todos los bombillos enciendan adecuadamente, las luces frontales, laterales (direccionales) y de reverso. Las principales deben encender en altas y bajas y debe ponerse especial atención a la altura que tengan pues si están mal reguladas las bajas parecerán altas y deslumbrarán a los conductores que vienen en sentido contrario, y las altas no iluminarán la porción de carretera que deben cubrir, ocasionando puntos ciegos y poniendo en riesgo nuestra seguridad y la de los demás