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"Agenda de paz la construimos todos"

EL 10 DE marzo, en el Jardín Botánico, los antioqueños deliberarán sobre cuáles deben ser los mínimos de paz que se necesitan para caminar hacia la reconciliación. El padre Darío Echeverri, presidente de la Comisión de Conciliación Nacional, invita a la participación.

  • "Agenda de paz la construimos todos" | Juan Fernando Cano | El padre Darío Echeverri invita a los colombianos a participar en la construcción de un gran Acuerdo Nacional por la Paz. Asegura que la agenda de la paz nos pertenece a todos.
    "Agenda de paz la construimos todos" | Juan Fernando Cano | El padre Darío Echeverri invita a los colombianos a participar en la construcción de un gran Acuerdo Nacional por la Paz. Asegura que la agenda de la paz nos pertenece a todos.
05 de marzo de 2010
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Al padre Darío Echeverri, presidente de la Comisión de Conciliación Nacional (CCN), le queda claro que si se quieren construir escenarios de reconciliación, la agenda de la paz debe estar en manos de todos y no en las de los hombres de la guerra.

Su experiencia le dice que si queremos salir de ese círculo vicioso en el que se ha convertido la búsqueda de paz en el país, hay que cambiar la metodología y permitir que entre todos construyamos el camino, que definamos cuáles son esos mínimos de paz que se necesitan para avanzar en la reconciliación.

Por eso, la CCN en asocio con otras organizaciones sociales, el sector privado y la Iglesia, vienen impulsando un Acuerdo Nacional para la Paz y la Reconciliación en Colombia, en el que todos expresemos nuestra visión de paz. El 10 de marzo esa deliberación llegará a Medellín y a través de un foro, que tendrá como escenario el Jardín Botánico, se sumarán las ideas de Antioquia a esa iniciativa, que ya ha recorrido varias ciudades.

"Queremos tener los pies en la tierra, no queremos soñar con esos máximos de paz. Con mucha humildad queremos convocar al país a una propuesta muy realista, que cada quien diga cuáles son esos mínimos para que algún día, ojalá mas pronto que tarde, tengamos una Colombia reconciliada".

Padre, en esa búsqueda, ¿cuáles son esos mínimos que ya han percibido?
"Comenzamos unos conversatorios con los empresarios, cómo ven el país, y cómo estarían dispuestos a ayudar a construir esos mínimos. Estamos transitando ese camino. Hoy existen 14 propuestas de paz. La nuestra tiene una metodología original para que desde cada región nos digan lo que es imprescindible. Vamos a preparar un documento y se lo vamos a entregar a los candidatos presidenciales, en abril, para que incorporen estos mínimos en sus programas".

¿Cuándo se hablan de esos máximos a qué se refiere?
"¿Recuerda lo que pasó en el Caguán? Allá había un máximo para la paz, porque se planteaba una reforma. ¿Colombia estará hoy dispuesta a esos máximos? Creo que no, porque no hay condiciones. Entonces hablamos mejor de unos mínimos, que le abran la puerta a esos máximos, comencemos a recorrer un camino con sencillez, con los pies en la tierra".

Usted decía que hemos caído en un círculo vicioso alrededor de la paz, ¿por qué estamos en esta situación?
"Por un empobrecimiento de metas, una incapacidad de mirar en el horizonte. Pongo un ejemplo, todas las Ong, los candidatos, el mismo Gobierno Nacional, han empeñado todas las posibilidades de un diálogo con las Farc en el acuerdo humanitario. Pero no se habla de lo que queremos para todos: la paz. Obviamente necesitamos el acuerdo humanitario, pero queremos hablar de paz y reconciliación. ¿El país se ha llamado a pensar en paz y reconciliación? No. Se ha pensado el tema desde los acuerdos humanitarios. Qué lástima y qué pobreza de miras... Aquí es donde digo que nos hemos quedado pedaleando en un círculo vicioso, incapaces de mirar más allá. A esto es a lo que llamamos al país".

¿No hay pesimismo de lo que se puede lograr, cuando se frenan iniciativas de la sociedad civil, de la Iglesia, para avanzar en el acercamiento con quienes ejercen violencia?
"Fui presidente del Comité que el año pasado designó el Premio Nacional de Paz. Ese premio se le dio a una experiencia exitosa de retorno en la Unión Peneya, algo muy pequeñito, pero que prosperó a pesar de no contar con la confianza del Gobierno ni de la Policía que desaconsejó el retorno por razones de seguridad. Pero esa comunidad empeñó su voluntad en ese retorno y por eso les dimos el Premio. Entonces es cierto, podemos no contar con toda la confianza del Gobierno, de los creadores de opinión, de los medios de comunicación, pero es que la agenda de paz no la queremos dejar en manos de los pocos que les gusta la guerra. No. En Colombia a la mayoría nos gusta la paz y a pesar de que cueste, hay que transitar por el camino de la reconciliación. Pero quisiera más que hacer críticas, concitar la voluntad de muchos en Colombia para que digamos que no se nos arrebate el derecho de apostarle a la construcción de una agenda por la paz".

Pero se tienen que dejar fluir esas iniciativas de paz...
"¿Y sabes cuándo van a fluir? Cuando se entienda que este es el querer de la mayoría de los colombianos. Por eso es importante esta iniciativa, que la lidera la Iglesia, la Conferencia Episcopal, la Comisión Colombiana de Reconciliación, pero es de todos, de otras confesiones de fe, de las Ong, que todos tengan espacio para la reflexión y la propuesta. Queremos que muchos se apropien de esta iniciativa, para que se imponga por la fuerza de su verdad. Es que la paz la hacemos todos o no hay paz".

¿Y qué decirle a los muchachos que ostentan el poder con un arma, cómo seducirlos a este gran acuerdo nacional?
"Por la experiencia que he tenido con el trabajo con los muchachos, sé que cuando al joven se le mira a los ojos, se le muestra la verdad, se le muestra rectitud, el joven también, más que nosotros los mayores, está dispuesto a dar su aporte, a poner o el arma sobre la mesa o la voluntad, o a tender una mano para recibir un abrazo. Creo que a los mayores, a los políticos y a todos los hombres en armas, nos ha faltado hablar con la verdad. Los jóvenes no nos perdonan que les mintamos".

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