Son muchos los cambios positivos que se han dado en Medellín y que han permitido que la imagen funesta y negativa que tenía la capital de la montaña sea cosa del pasado.
Sin embargo, muchas personas están olvidando que si algo caracterizaba a la ciudad era su impecable limpieza en avenidas, calles, parques y barrios. De ahí que tuviera el apelativo de Tacita de Plata.
Ahora, cuando el número de visitantes se incrementa cada día, es preciso que todos recordemos que las basuras no se tiran a la calle. No contamine ni contribuya a ensuciar la ciudad.