Al cumplirse el quinto aniversario de la quiebra de Lehman Brothers, el presidente Barack Obama dijo ayer que la insistencia de los republicanos en reducir el presupuesto podría ampliar la disparidad de ingresos de los estadounidenses, incluso mientras la economía se repone de una recesión.
La bancarrota de Lehman fue la mayor en la historia estadounidense y marcó el comienzo de una crisis financiera global. Aunque Obama buscó atribuirse la recuperación económica cinco años después, reconoció que pese a los avances, las clases media y baja no se han beneficiado tanto como el uno por ciento más adinerado del país.
Obama insistió en que cuando llegue el plazo crucial para ampliar el tope de la deuda nacional, en octubre, no negociará con los republicanos, quienes buscan usar el límite de la deuda como arma para reducir más el gasto público y retrasar la ley de cuidados médicos.
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