Mientras a Kevin Saldarriaga le intentan poner sus prótesis, él, niño a fin de cuentas, sólo piensa en su ídolo Arcángel y se pone a cantar: "entrando a la disco yo veo una mujer que bailando me mira, me tiene en su mira, bailando maquina lo que va a hacer", una de las últimas canciones del reggaetonero neoyorquino.
Pero la cosa es seria y entonces Julio Londoño, el encargado de hacer la primera terapia para que aprenda a dominar sus piernas artificiales, le pide que se concentre si quiere salir caminando.
"Yo quiero ir al partido de la Selección Colombia, pero mi mamá no tiene plata", dice el niño, al tiempo que Julio sigue intentando acomodarle las prótesis que le donó la Fundación Mahavir Kmina con apoyo de la Fundación CEA y su programa 'Pies en la tierra', que ayuda a personas sin piernas.
Kevin parece no darse cuenta de lo grave de su problema, que nació el pasado 5 de enero cuando el tren turístico de Medellín lo arrolló y en el accidente perdió sus dos piernitas y su mano izquierda, o sea casi todo para un niño de sólo diez años.
Pero Kevin ha vencido el drama, su vida sigue siendo un juego. Y por eso mantiene su sueño de ser futbolista. Contó que en octubre, en su barrio La Paralela, habrá un torneo y él ya tiene un equipo, "se llama Los del Sur y yo voy a tapar, vamos a ganar", afirma muy vanidoso.
Y mientras Julio sudaba, él jugaba con el celular de su mamá, Alba Vélez, que feliz agradeció a Mahavir Kmina la prótesis, porque "algo tan generoso no hay con qué pagarlo, Dios los recompensará". Su abuela Amparo dejó brotar su alegría haciendo lo que más sabe: hablar.
"Es un milagro divino, ver a mi niño así, que va a poder caminar, bendito sea Dios y don John Jairo (Tobón)".
Este último, gerente de Mahavir, siempre estuvo pendiente de que las heridas de Kevin -que luce muy gordo- sanaran para adecuarle las prótesis, como lo ha hecho con 550 personas del país, "y por fin se dio, es otra etapa en la vida del niño, si él pone voluntad pronto llevará una vida normal".
Entre tanto, Kevin apoyaba su mano derecha en las barras de ayuda para dar los primeros pasos con sus prótesis. Él, entre ejercicio y ejercicio, articulaba que "Arcángel sacó una canción nueva con los Maquiavélicos". Y repetía: "¿Va a jugar Giovanni Moreno?, yo lo quiero ver con la Selección".
Al verlo tan sereno y feliz, subió mi admiración por este niño, que cada día da una lección de vida. Ayer no fue un momento fácil, hubo dolor, preocupación, estrés, pero él seguía ahí, soñando con que alguien lo invite al estadio el sábado a ver la Selección y ensayando sus prótesis, que serán sus nuevas piernas, pues las de carne y hueso se las cercenó el tren en la noche más triste de su vida.
Pico y Placa Medellín
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3 y 4
3 y 4
