AMariel Aguilar no le importó viajar 24 horas desde su natal Buenos Aires, en Argentina, para confirmar que el paraíso estaba en Providencia.
Viajó en compañía de un grupo de amigos con quienes compartió las mejores dos semanas de su vida, dando rienda suelta al buceo en el mar de los siete colores.
Al igual que la mayoría de los turistas extranjeros que llegan a esta isla colombiana, se enteró de la existencia de este mágico destino por internet.
Y es que a Providencia, donde se mezclan las culturas afroamericanas y la inglesa se llega para descansar, practicar el buceo o careteo, gozar de las playas, el sol y las actividades náuticas, observar la flora y la fauna a través de las caminatas ecológicas, pescar y degustar una excelente y variada oferta gastronómica.
El rondón es el plato típico de la isla. Pero no puede quedarse sin probar la bandeja mixta del restaurante El Divino Niño (incluye langosta, caracol, cangrejo, pescado, camarón, patacones y arroz con coco), en la Playa Suroeste. Y si prefiere algo más sofisticado, el sitio ideal es Bamboo Seafood, en Santa Catalina, una fusión de cocina nativa con francesa.
Tampoco puede decir que estuvo en Providencia, si no sacó el tiempo necesario para disfrutar de la magia de Cayo Cangrejo, en el Parque Nacional Natural Old Providence McBean Lagoon. Son 995 hectáreas de las cuales 905 corresponden al agua marina. Desde la cima de la colina de 30 metros usted se sentirá como Dios.
Satena vuela todos los días a Providencia desde San Andrés en un vuelo de 25 minutos. También se puede llegar vía marítima, en el nuevo barco Tritón Géminis del Hotel Porto Fino, que inicia operaciones este sábado.
Del aeropuerto a los hoteles la carrera cuesta $18.00o. La oferta hotelera ofrece desde cuatro estrellas hasta cabañas y hostales familiares, como El Pirata Morgan a la orilla del mar, en Agua Dulce, que incluye salón de convenciones. Compruebe usted si el paraíso está en Providencia.
Pico y Placa Medellín
viernes
3 y 4
3 y 4
