En once años que tiene, Kevin Daniel Saldarriaga no había vivido una felicidad tan grande: desde ayer, este niño enseñado a sufrir, duerme en una pieza de él solito y además decorada con cosas de uno de los amores de su vida, el Atlético Nacional.
En todas las paredes hay banderas y afiches del equipo antioqueño. También, los tendidos de su cama e incluso una toalla que colgaba de su silla de ruedas, tiene el escudo y los colores del verde. Y como si todo eso fuera poco, también tenía una camiseta original del equipo.
Los vecinos de Kevin estaban tan felices como el mismo niño. Fue que a él le dieron toda una casota. Una vivienda con cuatro piezas, cocina, sala, baño elegante y muchas comodidades.
Calladito y sin dimensionar mucho lo que significa eso de tener casa amplia, no dijo mucho. Dio las gracias y expresó su satisfacción.
-¡Huy, sí!, todo eso de Nacional, qué elegancia-, manifestó el pequeño Kevin, el mismo que el 5 de enero de 2009 quedó sin piernas y sin su mano izquierda al caer del tren turístico, en un accidente que conmovió al país.
Hace apenas cuatro días, Kevin estaba en una clínica. Tal como lo habíamos informado en este diario, al niño debían extraerle un riñón, porque después del accidente empezó a sufrir dolores fuertes en la parte abdominal.
Los exámenes diagnosticaron que tenía una infección renal y la conclusión era que debían sacarle el riñón derecho. Desde septiembre, la familia venía luchando por la operación y por fin ésta se concretó el jueves anterior.
Una vez operado, Kevin debía regresar a su casa, una vivienda rústica, muy estrecha e incómoda en la que se apiñaban 15 personas de su familia, en el barrio La Paralela. Pero regresar allí ponía en riesgo su salud y entonces, varias personas que venían trabajando el proyecto de donarle una casa, aceleraron las cosas y este fin de semana, cuando el niño salió del hospital, lo llevaron derechito a estrenar la vivienda, que para él era un milagro.
Unión solidaria
Desde el año pasado y movidos por el excongresista valluno Roberto Ortiz Ureña -el personaje que más solidario ha sido con Kevin y su familia desde la tragedia-, varias empresas de chance a nivel nacional aglutinadas en la firma Supergiros, se pusieron la tarea de regalarle una casa a este clan familiar para amainar las penas de Kevin, pero no una mera casa sino todo un proyecto de vida.
-Era algo integral, que la vivienda no fuera el coco sino que estuviera dotada con electrodomésticos, camas, todo lo necesario para vivir-, explicó Gloria Elena Ruiz, gerente de Fundagana, la fundación de Apuestas Gana a la que le se le encomendó la misión de hacer realidad ese sueño solidario.
Y así se cumplió. La casa, en el barrio Niquía, está dotada con juegos de cama para todas las alcobas, cocina integral con nevera, lavadora y vajillas. Tiene baño enchapado y adecuado a la condición de Kevin, además de rampas para que se mueva con facilidad en su silla de ruedas.
Es un inmueble de 72 metros en el que por ahora vivirán 9 de las 15 personas que se apretujaban en la estrecha casita de La Paralela.
Hacía mucho esta familia no vivía un día tan feliz. La unión de muchos corazones hizo posible que Kevin tuviera casa, casa propia y elegante y con los colores soñados de su verde del alma.
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