Mientras Washington recogía los destrozos de una crisis fiscal que desaceleró la economía y minó la imagen internacional de Estados Unidos, el presidente Barack Obama exhortó ayer al Congreso a enfocarse en materias urgentes como la reforma migratoria y el presupuesto.
Obama, visiblemente molesto por el tiempo que pasó cerrado el Gobierno, llamó a los legisladores a que pasen una reforma migratoria integral antes de que finalice el año: "Tenemos que terminar el trabajo y arreglar nuestro roto sistema migratorio. Ya hay una amplia coalición en todo Estados Unidos que está detrás de este esfuerzo por la reforma integral de la inmigración, desde líderes empresariales a líderes religiosos o agencias de seguridad", dijo el presidente.
Obama dijo que la mayoría de los estadounidenses piensa que la reforma migratoria con la opción de la naturalización es positiva, y criticó que la medida "está ahí esperando que la cámara baja la apruebe. Si la cámara tiene ideas sobre cómo mejorar la versión del Senado, escuchémoslas. Comencemos las negociaciones. Pero no dejemos que este problema continúe enconándose por uno, dos o tres años más. Esto puede y debe hacerse antes de fin de año".
El presidente Barack Obama fustigó también a los republicanos por el cierre parcial que, según él, "infligió daños innecesarios" a la economía estadounidense y deterioró la credibilidad del país en el mundo.
"El pueblo estadounidense está completamente hastiado de Washington", dijo Obama en duras declaraciones desde la Casa Blanca, horas después de firmar una ley de último minuto que evitó el peligro de que el país cayese en un no pago de su deuda.
"Nada ha hecho más daño a la credibilidad de Estados Unidos como economía mundial de referencia que el espectáculo al que hemos asistido", dijo Obama quien también se refirió a una "crisis fabricada".
En opinión del mandatario, Estados Unidos es "una nación indispensable a la que el mundo contempla como el lugar más seguro y fiable para invertir". Por ello, esta crisis "envalentona a nuestros enemigos, alienta a nuestros competidores y deprime a nuestros amigos", reflexionó.
Obama dijo que los desacuerdos en materia fiscal y presupuestaria entre demócratas y republicanos que condujeron a esta situación han dañado a familias y negocios, algo que para los expertos podría notarse en un frenazo al crecimiento.
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