El Premio Cafam a la Mujer 2013 se parece, huele y sabe a Chocó. Tiene figura de grandeza y cuerpo de solidaridad.
Ana Yolanda Palacios no parece de este mundo, pero bien podría ser de exportación a otras tierras. Pero no. Está entre nosotros y saber de su existencia es, además, un premio para todos los colombianos.
Ana Yolanda, hace muchos años, ya se merecía todos los reconocimientos, porque fue capaz de renunciar a todo por todo: su hijo, Alejandro, que nació con una discapacidad.
A través de él no sólo comprendió la grandeza de un hijo, sino que compartió las dificultades de miles de familias que, como ella, no tenían cómo sacar a sus hijos con discapacidad. Creó una fundación y en su propia casa, en Quibdó, comenzó su aventura de amor y entrega. Tiene decenas de "hijos" como Alejandro y Ana Yolanda es más feliz que muchos que lo hemos tenido todo.
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