El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, regresó ayer a Washington tras sus vacaciones en Hawai con una agenda cargada para el nuevo año, que incluye una remodelación de su Gobierno y la adaptación a un Congreso de mayor presencia republicana.
Tras diez días de descanso en su estado natal, Obama se reunió con su secretario de Defensa, Robert Gates y hoy será testigo de la toma de posesión del nuevo Congreso, en el que los republicanos tendrán la mayoría en la Cámara de Representantes y han anunciado que harán lo posible por cancelar algunos de los grandes logros legislativos del Presidente, como la reforma sanitaria.
Sin embargo, Barack Obama instó a los republicanos a que trabajen con él para revitalizar la economía y resistan la tentación de buscar puntos políticos de cara a los comicios presidenciales de 2012.
Asimismo, el mandatario estadounidense ha prometido que este año buscará tender puentes hacia la oposición, la que podría también aprovechar para sacar adelante los tratados de libre comercio pendientes con Colombia y Panamá, atascados en el Congreso ante la oposición demócrata.
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