Que la voz discreta de la razón no sea sofocada por el ruido de la información, es la invitación que hizo Benedicto XVI el pasado jueves cuando se dio a conocer el mensaje anual de la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales.
Tradicionalmente, desde el Concilio Vaticano II este mensaje se publica el 24 de enero, día en el que la Iglesia celebra la memoria de San Francisco de Sales, doctor de la Iglesia, fundador de la orden de la Visitación y patrono de los periodistas, por el gran volumen de sus obras en las que defendía la fe católica e invitaba a llevar una vida virtuosa.
Con el título “Redes sociales: puertas de verdad y de fe; nuevos espacios de evangelización”, el Papa se refiere nuevamente a este tema afrontando con realismo las bondades y peligros, así como los cambios culturales, que ofrecen estas nuevas herramientas.
Este mensaje se transmite poco tiempo después de que el Papa abriera su cuenta en twitter, que recientemente superó los 2.5 millones de seguidores.
Benedicto XVI nos invita a que miremos este espacio como una nueva plataforma de diálogo y debate, que se ha convertido ya en una parte del tejido de la sociedad. No se trata de un mundo paralelo o virtual sino de algo que forma parte de nuestra realidad cotidiana y al cual no podemos permanecer indiferentes.
Nos advierte de varios desafíos como la importancia de mantener nuestra identidad auténtica, algo difícil de conservar cuando los nuevos medios se prestan tantas veces para que manipulemos la realidad a nuestro antojo; de mantener temas como el respeto, la salvaguarda de la intimidad y el interés por la verdad.
Es necesario velar para que las redes sociales sean espacios donde se propicie el diálogo y el debate razonado, así como la argumentación guiada más por la lógica que por los comentarios cargados solo de sentimiento o pasión.
Teniendo como contexto el año de la fe que actualmente celebra la Iglesia, el Papa invita a todos los agentes pastorales a anunciar el mensaje del Evangelio también en las redes sociales para que no quede fuera del ámbito de muchas experiencias de otras personas.
Nos invita a usar la creatividad y a recordar que la Iglesia desde sus primeros siglos ha utilizado imágenes e íconos como medios eficaces de llevar su mensaje. Medios en los que el hombre ha podido plasmar y testimoniar su encuentro personal con Dios. Es necesario entender las bondades que ofrecen las redes sociales en aquellos lugares donde los cristianos son minoría o viven de manera aislada.
Aún queda mucho por dialogar sobre el tema de los nuevos medios, el cambio de paradigmas y comportamientos que trae. Por eso, documentos como este nos invitan a mirar atentamente esta nueva realidad con sus peligros y bondades, así como ver la mejor manera de sacarles provecho para que sean espacios cargados de mensajes positivos, formativos y que propicien una sociedad más inclusiva.
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