Una cosa es la rivalidad musical y otra que esa sana competencia artística pase de las letras a las manos.
El incidente protagonizado la noche del sábado por los reguetoneros J Balvin, Cali y Dandee es un mal ejemplo para quienes siguen sus carreras musicales.
Es de lamentar, además, que en un primer momento sus cuentas de Twitter se convirtieron en las tribunas desde donde sus fanáticos lanzaron arengas en contra de unos y otros.
Le hacen mal, de paso, al reguetón, un género que ha ido ganando terreno, pero que aún genera suspicacias que el enfrentamiento a golpes entre estos cantantes termina por confirmar.
De la noche del sábado a la mañana del domingo los reguetoneros limaron sus asperezas y dijeron que todo estaba bien, pero dejaron el mal sabor de boca de haber dejado que la sangre caliente se les subiera a la cabeza.
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