"Tenía, entre ceja y ceja, la idea de traer para Colombia una medalla y de oro".
Así relató ayer Álvaro Galvis, la historia de cómo alcanzó el título del mundo de ruta paralímpica, en Dinamarca.
"Yo me sentía muy bien en la contrarreloj, pero el material no me favoreció mucho; además llegamos sobre el tiempo y el cambio de horario me afectó un poco", indicó.
Sin embargo, según este joven deportista a quien le hace falta la pierna izquierda, "ya en la prueba de fondo debí sortear muchos accidentes en los primeros kilómetros de los que solo sobrevivimos cuatro ciclistas de mi categoría con los que llegamos a disputar el último kilómetro".
Y reveló que la planeación estratégica le ayudó mucho. "Con el entrenador planeamos una estrategia de mantenernos en el grupo de punta y esperar el embalaje que era en un terreno ondulado que me favorecía. La consigna era terminar con la medalla o terminar en el hospital como le sucedió a mi compañero de equipo Esneider Álvarez, que no pudo terminar por un accidente".
Galvis solo celebró unos 20 metros tras cruzar la meta, porque no quería que un error le quitara la medalla o fuera a celebrar "sin tener la bestia". Ahora, en su itinerario deportivo está la disputa de los Juegos Parapanamericanos de Guadalajara, donde espera darle nuevas satisfacciones al país, puntualizó el corredor santandereano.
Galvis se coronó en la categoría C2 el pasado 10 de septiembre en Roskilde, Dinamarca. "La carrera fue muy complicada, porque nos tocó competir al lado de las categorías C1 y C3, y se presentaron muchas caídas, pero afortunadamente las cosas nos salieron bien", comentó. Él se impuso al alemán Tobías Graf y al británico Simón Price.
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