El fuerte militar de La Macarena (Meta), ubicado en la serranía del mismo nombre, y que era considerada como un bastión histórico de las Farc, fue visitado ayer por el presidente Álvaro Uribe en uno de sus últimos actos oficiales.
La visita tenía especial significado si se tiene en cuenta que la erradicación manual de cultivos ilícitos en La Macarena, fue considerada una de las prioridades del Gobierno. Tanto que ayer el Presidente recordó que de las 4.598 hectáreas de coca que se estaban comiendo el parque natural en 2006 solo quedaban 450.
Pero advirtió que la lucha contra los cultivos ilícitos -fuente de financiación de los grupos armados ilegales- no deber terminar. "Una victoria parcial no puede ser el argumento para detenerse en la lucha, tiene que ser el estimulo para seguir la lucha", aseguró Uribe a los militares.
De ahí su insistencia en fortalecer el combate contra el terrorismo y no dejarse tender una trampa.
"Hoy el terrorismo, a través de voceros, está proponiendo la paz para poderse refrescar y recuperarse para prolongarnos la victoria final. El terrorismo, en esa combinación de formas de lucha, mientras a través de algunos voceros propone la paz, a través de otros voceros viene aquí a La Macarena a buscar cómo desacreditar a la fuerza pública y la sindica de violación de derechos humanos. No podemos caer en las trampas del terrorismo, ¡Firmeza!", señaló Uribe.
Sus palabras, tienen relación con la audiencia pública realizada la semana pasada en La Macarena por varias organizaciones sociales en la que se denunció ante un grupo de eurodiputados, algunas violaciones a los derechos humanos y posibles casos de "falsos positivos".
En declaraciones a la agencia de noticias Colprensa , senador del Polo Democrático, Iván Cepeda, quien participó en esta audiencia pública anunció que esta semana llevará el tema al Congreso porque es necesario establecer cuántos cuerpos hay en la fosa y esclarecer las denuncias de 253 "falsos positivos" y 79 desapariciones forzadas.
Motivos de esperanza
En su último discurso ante los uniformados de La Macarena, el Presidente recordó la primera visita que realizó al casco urbano de esa localidad en 2002, cuando la gente tenía miedo de saludarlo.
Indicó que el éxito del programa de erradicación manual que se adelantó desde 2006 en esa región, tuvo un alto precio que tuvieron que pagar los soldados, policías y erradicadores atacados con explosivos por las Farc.
Aunque reconoció que todavía falta un largo camino para vencer a los ilegales, destacó que los soldados y policías "tienen todas las condiciones para obtener en la lucha esa victoria final".
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