En las redes sociales, aquella jovencita de cabello rubio -catira, como les dicen en Venezuela, su país de origen- labios gruesos, piel blanca y largas pestañas, presumía de los lujos que cualquiera desearía tener a su edad: joyas, viajes en motos y yates, relojes, extravagancias, finos licores y hasta el amor.
Muchos de sus seguidores alcanzaron a verla bailar sugestivamente en piyamas de satín o semidesnuda, con insinuantes frases que despertaban la libido con el embelesamiento propio de cuando la abeja llega al panal, parodiando un poco la famosa canción del dominicano Juan Luis Guerra; pero pocos sabían que tras la carita de ángel de Wanda del Valle Bermúdez, quien se hacía llamar “Bebecita del TikTok”, se escondía el mismo demonio capaz de mandar a matar a quien ella quisiera y cuando quisiera.
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Wanda llegó a Perú en el 2009 procedente de Ecuador con una visa de turismo. Permaneció con un bajo perfil hasta el 14 de abril de 2019, cuando ya con un hijo de 8 años de edad, y con el argumento de ser una perseguida política en Venezuela, solicitó refugio; pero tras esa petición que le serviría de cortina de humo durante tres años, la “Bebecita del Tik Tok” construyó todo un imperio criminal junto al padre de su hijo: Christoper Fuentes González, más conocido en el bajo mundo del hampa peruana con el alias del “maldito Cris”.
Fuentes oficiales peruanas informaron que alias “maldito Cris” y Wanda eran dos de los principales engranajes de la banda “los Llaneros de Sangre Fría”, una facción de la banda delincuencial Tren de Aragua que sometió a Lima y otras localidades del Perú imponiendo el terror mediante la violencia desaforada.
“Sus negocios iban desde los robos y el sicariato hasta el manejo de las plazas donde decenas de mujeres, en su mayoría de nacionalidad venezolana y colombiana, eran obligadas a prostituirse”, informó la Policía.
Según las autoridades peruanas, “por el solo hecho de cobrar los cupos a las trabajadoras sexuales en las inmediaciones de un conocido centro comercial de la zona norte de Lima, y ser la que concretaba la compra de armas para la organización, ganaba más de 25 mil soles semanales (27 millones de pesos colombianos al cambio del viernes)”.
Se cae su imperio criminal
Así como se derrumba un castillo de cartas, así se fue diluyendo el imperio criminal de “maldito Cris” y la “Bebecita del Tik Tok”, a quien las autoridades peruanas tras conocer sus alcances delincuenciales rebautizaron como la “Bebecita del crimen”.
Desde 2022, los sabuesos de la Fiscalía y la Policía peruanas le pisaban los talones a Wanda, designada como la encargada de arrendar los vehículos y departamentos que eran usados por el sicario, pero la puntada final para incriminarla se dio el pasado mes de julio cuando su pareja, alias “maldito Cris”, quien en algunas ocasiones apareció en los videos de Tik Tok, asesinó a un vigilante tras cometer un atraco en un minimercado.
Desde ese momento la Policía le empezó a seguir la pista hasta que hace diez días lo localizaron en un edificio de la localidad San Martín de Porres. Hasta allí llegó un escuadrón dispuesto a arrestar a “maldito Cris”, pero este opuso resistencia y abrió fuego contra los policías, a lo que estos respondieron con sus armas de dotación, quitándole la vida al delincuente.
Tras el hecho, la “Bebecita del crimen”, dolida de haber perdido no solo a su compañero sentimental, sino también a su compinche en la vida delincuencial, juró venganza, y desde su escondite ofreció una recompensa por el coronel Víctor Reboredo, jefe de la unidad de Investigación de Homicidios de la Policía de Perú, hombre al que señaló como responsable por la muerte de su amor.
“Yo te dije que a ese pelado había que tirarlo al piso (matarlo)”, se le escuchó decir a Wanda en una comunicación interceptada, debido a que el coronel seguía los pasos de ambos. Acto seguido ofreció pagar 40.000 dólares a quien matara al policía.
“Es una mujer astuta, audaz, presuntuosa, y hace gala de sus dotes y belleza para asistir logísticamente a los miembros de la organización criminal”, dijo un agente.
Con estos antecedentes, la Policía peruana encendió las alertas y redobló la seguridad del coronel Reboredo, además, ante la información obtenida de que alias la “Bebecita del crimen” saldría del territorio peruano, solicitaron a las autoridades internacionales la expedición de una circular azul para terminar con la carrera criminal de Wanda.
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