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Caso Balda: un secuestro que significaría la caída de Correa

La Fiscalía de Ecuador solicitó prisión preventiva para el expresidente. Acudirán a la Interpol.

  • Rafael Correa, expresidente de Ecuador, es acusado por el presunto secuestro del líder político Fernando Balda, el cual habría ocurrido en el barrio Cedritos de Bogotá, en agosto de 2012. Actualmente reside en Bruselas, Bélgica. FOTO afp
    Rafael Correa, expresidente de Ecuador, es acusado por el presunto secuestro del líder político Fernando Balda, el cual habría ocurrido en el barrio Cedritos de Bogotá, en agosto de 2012. Actualmente reside en Bruselas, Bélgica. FOTO afp
04 de julio de 2018
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Prisión preventiva. Esa fue la medida ordenada por la jueza de la Corte Nacional Daniella Camacho, acogiendo la solicitud de la Fiscalía de Ecuador, para el expresidente Rafael Correa, quien es investigado por un presunto caso de secuestro al líder político Fernando Balda.

Además de la medida, el ente acusador dictaminó difusión de alerta roja de la Interpol, para lograr su captura, debido a las acusaciones por una presunta retención que ocurrió en Bogotá, hace seis años. La Fiscalía de ese país lo señala por presunta participación en los delitos de asociación ilícita y secuestro.

La historia de un secuestro

Corría el 13 de agosto de 2012 y el opositor del gobierno del expresidente de Ecuador, Rafael Correa, Fernando Balda, estaba radicado en Colombia, país que escogió como refugio ante el trabajo que desempeñaba. Él había encabezado una serie de denuncias en contra de Correa y se dedicaba a investigar las irregularidades del gobierno. En diálogo con EL COLOMBIANO, Balda explicó que caminaba por el barrio Cedritos, en el norte de Bogotá, cuando un vehículo blanco se estacionó frente a él. Asegura que cuatro personas se bajaron, comenzaron a golpearlo y lo obligaron a ingresar a la camioneta.

Al final logró recuperar su libertad, debido a que un taxista vio lo que le estaba pasado, siguió el vehículo y llamó a la Policía. Ante la presión, cuenta que los captores lo botaron a la carretera y las autoridades colombianas encontraron el carro cerca del aeropuerto de Guaymaral. Esa es la historia de un secuestro que tiene hoy en la mira al expresidente ecuatoriano, debido a que los capturados señalaron que fue una orden de Correa.

Balda inició una batalla en contra del que fue el hombre más poderoso de ese país durante diez años y lo acusó de su secuestro. El caso estuvo archivado durante un tiempo, pero con la llegada a la presidencia de Lenín Moreno y la asignación de un nuevo fiscal encargado salió a la luz.

Semanas atrás, Balda logró su primer triunfo: que Correa debiera presentarse cada quince días ante las autoridades. La fecha de presentación fue el pasado lunes 2 de julio, pero no acudió a la justicia en Ecuador, se presentó ante el consulado de ese país en Bruselas, hecho que desató mayor descontento entre sus opositores, quienes cuestionaron que el expresidente no acudiera a la justicia de su país.

Pero ayer la Fiscalía dio un paso más en su caso: solicitó prisión preventiva después de una audiencia en la Corte Nacional, ya que las autoridades consideraron insuficiente su presencia en el consulado.

Las reacciones

Para los simpatizantes de Correa, se trata de un caso en el que se ha violado el debido proceso; para sus opositores, como Fernando Balda, “la expresión de la sociedad de que no hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague”.

Por su parte, el doctor en Sociología Política y profesor investigador de Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, Flacso, Franklin Ramírez, explica que la medida debe leerse desde el conflicto político que ha vivido el país en el último año, debido a los enfrentamientos ideológicos entre Correa y el actual presidente Lenín Moreno, quien hasta hace unos meses fue su “ahijado” político.

Ramírez resalta que la prisión preventiva fue ordenada por un fiscal transitorio, quien fue nombrado por el Consejo de Participación y Control. “Si bien hay evidencias de corrupción contra algunos funcionarios, todo se perfila como una instrumentalización del derecho y como una forma de venganza política”, explica.

El profesor de Ciencia Política de la U. de Medellín, Pedro Piedrahita, indicó que la orden de prisión preventiva es “la demostración de los problemas que trae la concentración del poder durante tantos años” y de que “Correa está perdiendo su poder político”. Rescata que durante su mandato generó un cambio social significativo, pero que de ser hallado culpable sería “una fractura de la democracia”.

Ahora bien, que un expresidente sea cobijado con la medida de prisión preventiva, a tal punto de que la Interpol podría emitir en cualquier momento una orden para su captura, es un hecho que marca la política suramericana en medio de una región en la que otros exmandatarios tienen acusaciones en su contra, como Lula da Silva, de Brasil, y Ricardo Martinelli, de Panamá. Por ahora, será necesario que avancen las investigaciones para determinar si es o no culpable.

6
años lleva el caso de secuestro en el que estaría implicado Correa.

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