Las mesas de votación de la elección presidencial en Chile comenzaron a cerrar este domingo a las 6:00 p. m., hora local chilena y se inició el conteo de votos para elegir al sucesor del izquierdista Gabriel Boric, constató la AFP.
Pese a ser uno de los países más seguros del continente, la campaña estuvo dominada por el miedo ante el aumento del crimen, lo que propulsó a la extrema derecha y su plan de deportaciones masivas y combate frontal a la delincuencia. En estos comicios de voto obligatorio debían sufragar más de 15,6 millones de electores.
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Jara, una comunista moderada que representa a una coalición de centro-izquierda, y Kast, jefe del Partido Republicano, figuran como favoritos.
Sin embargo, ninguno alcanzaría el apoyo suficiente para evitar un balotaje el 14 de diciembre, en el que finalmente se decidiría el sucesor del izquierdista Gabriel Boric.
La ultraderecha también tiene opciones de avanzar con Johannes Kaiser, del Partido Nacional Libertario y quien es visto como la versión chilena del presidente argentino, Javier Milei.
“Falta mano dura en Chile, es muy blanda. Si no se entra con todo, ¿cómo va a ser? (...) Hay que cerrar la frontera y a los irregulares todos para afuera”, dijo a la AFP Raúl Lueiza, un trabajador de la construcción, de 64 años, tras emitir su voto por Kaiser en Santiago.
Pero si “gana la extrema derecha es como retroceder en tantas cosas que se han ganado en beneficio de las mujeres, que aunque Kast lo niegue es un gallo (una persona) machista”, afirmó en cambio Patricia Orellana, una vendedora de 56 años tras sufrajar por Jara.
Una violencia desconocida en Chile desplazó el anhelo de cambio que hace cuatro años catapultó al poder a Boric y su promesa fallida de cambiar la Constitución heredada del dictador Augusto Pinochet (1973-1990), tras el estallido social de 2019.
Los homicidios aumentaron un 140% en la última década, para pasar de una tasa de 2,5 a 6 por cada 100.000 habitantes en 2024, según el gobierno.
En tanto, el año pasado la fiscalía reportó 868 secuestros, un 76% más con respecto a 2021.
Si bien son estándares bajos incluso a nivel mundial, el problema es “la llegada del crimen organizado y delitos desconocidos hasta ahora en nuestro país, como el sicariato”, sostiene Gonzalo Müller, director del Centro de Políticas Públicas.
Los chilenos renovaron igualmente la Cámara de Diputados y la mitad del Senado.
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