El naufragio de 27 migrantes en el Canal de la Mancha, la ruta marítima que conecta a Francia, miembro de la Unión Europea, con el Reino Unido, dejó ver otra grieta entre ambos territorios tras el Brexit: la gestión de las diferentes crisis de refugiados que impactan a los países del primer mundo de Europa.
La cuestión de la migración desde la ciudad costera de Calais, en Francia, rumbo al Reino Unido, es un viejo debate. La travesía comienza en Eritrea, Siria, Somalia o Sudán, con un viaje para atravesar Libia, luego buscar la Unión Europea a través del mar Mediterráneo y, desde ahí, emprender otra ruta hacia Francia, en donde buscan asilo.
No obstante, cuando los refugiados no logran tramitar su documentación en ese país, o tienen familiares en otros destinos, buscan continuar su camino hasta Reino Unido, en donde este año han identificado 31.000 intentos de ingreso por ese canal.
Priti Patel, ministra del Interior del Reino Unido, cataloga a estas personas como “migrantes económicos” y no como solicitantes de asilo. La migración es una pelota caliente entre ambos gobiernos. En palabras de Patel, “la gente debería solicitar asilo en el primer país seguro al que lleguen y así nadie necesitaría huir de Francia para estar a salvo”.
Su cartera tiene un registro de 37.562 solicitudes de asilo recibidas entre septiembre de 2020 y el mismo mes de 2021, el número más alto que se presenta desde 2004. Esos requerimientos se quedan en los folios con otros que están sin resolver, por lo que la cifra de documentos en trámite llega a los 67.547.
Dos países y una crisis
Mientras más refugiados buscan asilo en Reino Unido, el país discute el proyecto de Ley de Nacionalidad y Fronteras, que busca poner penas de hasta cuatro años de cárcel para los que intenten entrar de manera irregular al país.
“Las personas recurren a traficantes porque no tienen otra opción: hay un sistema de asilo y refugio restrictivo que no reconoce que muchos tienen razones importantes para intentar alcanzar el territorio”, dice Luicy Pedroza, del Centro de Estudios Internacionales del Colegio de México.
Gérald Darmanin, ministro del Interior de Francia, destaca que 1.500 personas han sido capturadas este año por tráfico de migrantes, pero pide que haya una respuesta coordinada con el resto de Europa.
Reino Unido culpa a Francia por no dar asilo a estas personas, mientras que Francia señala a los coyotes por abusar de su condición de vulnerabilidad. En el medio están los refugiados africanos que salieron de sus países por el conflicto buscando un tercer país seguro que aún no logran alcanzar .