El presidente estadounidense, Donald Trump, y el rey saudí, Salman bin Abdulaziz, sellaron este sábado el buen momento de sus relaciones con la firma un acuerdo para la venta de armamento a Arabia Saudí por valor de 110.000 millones de dólares.
En una ceremonia presidida por ambos mandatarios, que rubricaron un documento titulado “Declaración de una estratégica visión conjunta”, esta venta multimillonaria de armas está destinada a satisfacer las necesidades defensivas saudíes, según se subrayó durante el acto, celebrado en el palacio de Al Yamama de Riad.
Según Washington, este paquete de equipos y servicios de defensa “apoya la seguridad a largo plazo de Arabia Saudí en la región frente a las amenazas de los iraníes, mientras que refuerza la habilidad del reino en contribuir a las operaciones antiterroristas en toda la región, reduciendo el peso sobre Estados Unidos”.
La Casa Blanca apuntó que estas ventas se enmarcan en cinco categorías: seguridad fronteriza y antiterrorismo, seguridad costera y marítima, modernización de las fuerzas aéreas, defensa aérea y de misiles y , por último, mejoras en ciberseguridad y comunicaciones.
Según el diario saudí “Okaz”, entre los acuerdos se incluye la construcción en tierras arábigas de 150 helicópteros Black Hawk.
Poco antes del encuentro, el rey Salman, que impuso a Trump la medalla Rey Abdulaziz, la más alta distinción entregada por el reino, aseguró que la visita del presidente “hará realidad la seguridad y la estabilidad globales”.
La víspera de la visita, la ONG Amnistía Internacional alertó sobre los peligros de este acuerdo multimillonario y sobre la ausencia de los derechos humanos en la agenda de Trump.
Según la directora ejecutiva de la ONG en Estados Unidos, Margaret Huang, “Arabia Saudí y otros países del Golfo han empleado la lucha antiterrorista como una excusa para aplastar y perseguir cruelmente a críticos, disidentes pacíficos y defensores de los derechos humanos”.
Asimismo, la ONG pidió a EEUU que detenga la venta de armamento a los países que participan en la coalición árabe que combate en el Yemen contra los rebeldes hutíes y que respalde una investigación sobre “las numerosas violaciones documentas” de los derechos humanos en dichos países.
“Estados Unidos continúa alimentando serias violaciones de los derechos humanos que han causado un sufrimiento devastador a los civiles en el Yemen mediante la trasferencia de armas a Arabia Saudí”, subrayó Huang.
El presidente de Estados Unidos aterrizó hoy en la capital de Arabia Saudí, Riad, para dar comienzo a su primera gira internacional, que lo llevará también a Israel, Palestina, el Vaticano, Bruselas (Bélgica) y Sicilia (Italia).
Además de la consecución de estos importantes acuerdos económicos, que incluyen también esferas civiles, Trump participará el domingo en un encuentro con los países del Consejo de Cooperación del Golfo -Arabia Saudí, Kuwait, Emiratos Árabes Unidos, Baréin, Catar y Omán-, así como en una cumbre con líderes y representantes de medio centenar de países árabes e islámicos.
El mandatario estadounidense despegó el viernes de Washington, a bordo del Air Force One, en su primer viaje al exterior, acompañado por su esposa Melania y su hija Ivanka, quien es también su consejera.
Este primer viaje extraordinariamente prolongado -cinco países en ocho días, una variedad de entrevistas bilaterales, desde el rey saudita Salmán al papa Francisco, pasando por el nuevo mandatario francés Emmanuel Macron- promete ser un ejercicio difícil para el presidente de Estados Unidos.